Tal día como hoy de 1727 murió Isaac Newton.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Lo peor del mal gusto, esa muestra lamentable de una sensibilidad embrutecida, es que abre la puerta del mal. De ella salen con facilidad la mala educación, los malos modos, la falta de respeto, la mala humanidad y un mundo malo.
En la ceremonia de la bofetada hubo tanto mal gusto que quedó eclipsado hasta lo que se iba a celebrar allí. Hubo mal gusto y, por tanto, mala educación, etc., en el chiste demasiado inapropiado que se contó. Hubo mal gusto y, por tanto, mala educación, etc., en la reacción del abofeteador. Hubo también en esta reacción un machismo bruto y antiguo, que demostró que este vicio discriminador aún está empapando las estructuras de la sociedad, digan las tonterías que digan los de siempre. Hubo mal gusto en las palabras con las que luego se intentó la estupidez de ¡justificar la violencia por amor! Las ocurrencias del bruto son insospechadas.
Aquí siempre salen lectores diciendo que no es el mal gusto, es... lo que quieran. Yo prefiero centrarme en el mal gusto porque me parece que eso está al principio, en el plano básico de la sensibilidad, de lo que se es capaz de captar de la realidad. Todo lo demás viene edificado sobre ese buen o mal gusto, sobre una sensibilidad cada día más maltrecha y sobre la que vamos construyendo una vida bruta y un mundo bruto.
El tú era otro yo, tan digno de respeto y de amor como todos,
pero se convirtió en un mero cliente al que había que sacarle algún beneficio.
Las normas eran procedimientos personales con los que tratar a los otros como seres humanos,
pero se transformaron en consignas productivas dadas desde la mesa de dirección.
Los valores eran cualidades admirables y apreciadas, dignas de mantenerse,
pero fueron sustituidos por el dinero; cuanto más dinero, mejor.
Los detalles eran pequeños actos de generosidad que llenaban una vida,
pero se cambiaron por intereses que debían ser satisfechos.
Al sentido del deber, que a veces aparecía en las conciencias,
le sustituyó la conveniencia de hacer lo más rentable.
El deseo antiguo de hacer un mundo mejor para todos,
se trocó en el anhelo del chalé, el coche y las celebraciones.
La libertad para todos, por la que tantos dieron su vida,
viró sensiblemente hacia un hacer lo que a uno le dé la gana.
La igualdad, la columna vertebral de un mundo mejor,
pasó a ser considerada como el sueño ingenuo de quienes no se enteran de lo que hay.
La justicia imparcial y universal, como criterio para dirimir desavenencias,
fue relevada por individuos que sabían ellos mismos lo que había que hacer.
La vida, como construcción de un mundo bueno y equitativo,
fue vista sobre todo como la gran ocasión de divertirse.
El yo, el tú y el nosotros, entre los que había relaciones desinteresadas,
se trocó en el mí, lo mío, lo nuestro, y nada más.
La idea de la muerte, la gran reflexión para todo ser humano consciente,
provocaba una reacción fulminante: ¡Cállate ya! ¡No me hagas pensar! ¡Eres un amargado!
Desde que aflojaron la fuerza de la filosofía y de las humanidades en los planes de estudios, va avanzando un tipo de personas a las que no les gusta pensar, que no saben pensar y que no valoran el pensamiento. Baja la calidad de la humanidad y emergen los deseos, los intereses, el poco respeto, la baja autoestima y las manipulaciones diversas. No sé cómo no se han dado cuenta todavía. O quizá no les interese.
Respira hondo. Relájate. Descansa. Buenas noches.
El blog MasticadoresFEM publica hoy mi artículo Feminismos/ 2. Feminismo de la igualdad y feminismo de la diferencia.
Puedes leerlo pulsando aquí.
Echo en falta lo que podríamos llamar el buen gusto. Noto su ausencia en las pequeñas y en las grandes cosas. En lo que hacemos, en las relaciones humanas, en la política, en el trato público, en la manera de pensar de muchas personas. Sin buen gusto no hay buena vida y todo se viene abajo. Es el gusto por el respeto, por la cordialidad, por hacer las cosas bien, por no decir barbaridades, por tratar a los demás, al menos, con cortesía. No sé si estas cosas se recuperan.
De momento, respira hondo. Relájate. Descansa. Buenas noches.
No tengo demasiadas ideas claras. No me gustaría tener las ideas claras. Para tener las ideas claras hay que simplificar mucho la realidad, porque la realidad no es simple sino compleja, muy compleja. Simplificar lo complejo es renunciar a enterarse de toda la realidad, de la realidad tal cual es.
Hay especialistas en simplificar todo lo que ocurre. Se quedan con lo que les interesa que quede y luego lo exponen en alto, para que los menos avisados no lo piensen, sino que se lo traguen. Así día tras día. Las mentiras fabricadas de esta manera vuelan por el aire y anidan en mentes frágiles, a las que dañan, muchas veces sin remedio.
No quiero tener ideas claras. Prefiero vivir en la incertidumbre de lo real, en el difícil galimatías de lo real, en el querer saber un poco, pero verdadero, en lugar de confundir el saber con las mentiras propagadas.
La verdad no es más que una escalera por la que hay que subir constantemente sabiendo que probablemente nunca llegaremos al último piso, pero que vivir es subir.
Respira hondo. Relájate. Descansa. Buenas noches.
Son ya 18 días. Puede que lamentablemente queden muchos más. Tengo un nudo, no sé si en el estómago o en la mente. Ese nudo me lo produce el pensamiento de que pudo pasar aquí. Ellos estaban como nosotros, viviendo el día, haciendo planes para un futuro más o menos lejano, disfrutando de la convivencia en el confort del hogar, pensando en las preocupaciones de la vida. Y, de pronto, casi sin avisar, te asaltan las preocupaciones de la muerte. Tienes que cambiar, aunque no quieras, el confort por la intemperie, el futuro por el momento presente, los planes por la huida.
Quiero dar las gracias por cómo vivo, por las circunstancias que hacen agradable mi vida, por que mi sufrimiento es escaso en comparación con el de millones de personas, por que aunque llueva, sé que escampará, por que aunque sea invierno, llegará el verano.
He aprendido que la felicidad es una experiencia propia, pero siempre viene de haber cooperado a la felicidad de otro.
He aprendido que nunca hay que imponer los propios criterios a nadie. Puede que así se desperdicie la posible felicidad de dos personas.
He aprendido a sufrir con los propios límites, pero siempre con la esperanza de ser capaz de superarlos.
Piensa en el Bien. Respira hondo. Descansa. Buenas noches.
Si tienes un hijo o una hija, no los dejes desorientados. No se lo merecen. Aplícales tu experiencia. Recuerda tu vida cuando eras como ellos. No dejes que tengan que improvisar siempre, a cada momento. Tampoco los protejas demasiado. Intenta adelantarte a los acontecimientos y darles las ideas necesarias para que ellos puedan construir sus vidas, pero que lo hagan bien. Insiste en que aprendan a ser conscientes de cada momento que vivan, a gozarlo, que no pasen por la vida sin disfrutar de ella. Todo es muy corto, no solo cada momento de la vida, sino, sobre todo, la propia vida. Se pueden perder, pero también es posible que les cueste mucho encontrarse si se sienten abandonados o desorientados en la vida. No los dejes solos.
Una propuesta para que nos pongamos a debatir en serio en qué consiste el feminismo. Puedes leer aquí el escrito firmado por Juana Gallego.
Hoy es el Día Internacional de la Mujer. No entiendo que hoy se felicite a las mujeres. ¿Por qué? Si están en un plano desigual respecto de los hombres, si sufren violencias por el hecho de ser mujeres, ¿a qué viene una felicitación?
Este Día debe ser un día de reflexión y de búsqueda de información sobre el estado de las mujeres aquí y en el mundo.
Puedes preguntarte por la Ley Trans que se quiere aprobar en España. ¿Te parece bien que, por ejemplo, un hombre que se sienta mujer, deba ser considerado como que es mujer por el mero hecho de sentirse así? No se quiere patologizar esa situación, pero ¿no tendría algún médico que decir algo para evitar posteriores arrepentimientos ya sin remedio? ¿Puede un adolescente, por su cuenta, decidir algo así? Considera la situación de la prostitución. ¿Crees que es más justo para las mujeres que se regularice la prostitución o que se proceda a su abolición? Busca argumentos que te ayuden a formarte tu opinión.
Y si quieres ver lo que se plantean las mujeres más allá de nuestras fronteras, te dejo el enlace de ONU Mujeres https://www.unwomen.org/es/noticias/en-la-mira/2022/03/en-la-mira-dia-internacional-de-la-mujer-2022 para que veas, por ejemplo, cómo es de preocupante el cambio climático para las mujeres de todo el mundo.
Piensa sobre estos temas porque sin duda eso servirá para mejorar la situación de las mujeres.
Buen día de reflexión.
Las mujeres son, a todos los efectos, seres humanos. Los hombres, también.
Las mujeres y los hombres tienen los mismos Derechos Humanos.
Las mujeres y los hombres tienen derecho a vivir como seres humanos y a tener vidas concretas similares.
Las mujeres y los hombres tienen derecho a ser educados en el respeto, en la libertad, en la igualdad y en la justicia.
Las mujeres y los hombres deben saber que los Derechos Humanos no los suele regalar nadie. Hay que luchar por conseguirlos y hay que evitar que algunos interesados intenten hacerlos desaparecer.
La separación masculino/femenino es una creación interesada de algunos miembros de la sociedad, y tiene que dejar de tener sentido.
Las brechas de todo tipo (económicas, laborales, sexuales, etc.) tienen que desaparecer, y esa tarea nos incumbe a todos.
Las administraciones, los medios de comunicación y todas las personas deben hacer lo necesario para educar a los ciudadanos en la igualdad y para que desaparezca la violencia de género.
Las mujeres deben esforzarse en tomar conciencia de la verdadera situación en la que están y del peligro que corren por el mero hecho de ser mujeres.
Todo ser humano, sea cual sea su sexo, debe tener la sensibilidad suficiente para darle importancia a cualquier injusticia que sufra en cualquier lugar del mundo una mujer, por el hecho de ser mujer, y para luchar contra ella.
Si soy leal a una persona y hace algo mal, ¿debo seguir siéndole leal? La lealtad ¿es a las personas o a las ideas?
El respeto, el cariño, la importancia de las normas para la convivencia, la elegancia de una conversación pausada, la educación en la familia. De esto habla este artículo que el periódico Astorga Redacción ha tenido la amabilidad de publicarme y que puedes leer aquí.