Estemos donde estemos, seamos lo que
seamos, tengamos el estatus que tengamos, no seamos egoístas.
El
sentido humano de la vida nos invita a mirar siempre el bien de los
otros antes que el nuestro.
La bajeza del egoísmo está en que
utiliza al otro en beneficio del egoísta.
Nunca podremos perdonarle
al neoliberalismo que haya convertido en normal el egoísmo, y en
algo raro la generosidad.
La grandeza y la humanidad de una persona
se mide por su rechazo al egoísmo.
Buenas noches.
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