El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
domingo, 11 de noviembre de 2012
Solidaridad con los periodistas expulsados de El País
Quiero expresar aquí mi solidaridad con los periodistas expulsados de El País por el tremendo ERE que han sufrido Ramón Lobo, Javier Valenzuela, José Yoldi, Enric González y otros, hasta 129. Sin ellos El País será distinto. Y sin ellos el país será distinto también. Es una noticia triste porque parece teñida de injusticia y de absurdo. Algo muy grande y muy serio está cambiando. Siento tristeza. En todo caso, gracias por todo lo que habéis hecho durante tantos años y por el gozo que me habéis proporcionado.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Conciencia
Conozco a personas de derechas que
están muy descontentas con la gestión del PP, pero estoy seguro de
que volverán a votarles en cuanto tengan ocasión. A lo sumo, se
decidirán por ese almacén de descontentos y de resentidos que, por
lo que veo y por lo que les escucho, es UPyD. Me pregunto qué será
lo que les tiene encerrados en su propia jaula, qué será lo que les
impide tomar una conciencia más crítica de la realidad en la que
viven.
El calendario de Bautista. 10/11/2012. José Hernández
viernes, 9 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Gestores de lo público.
No entiendo por qué los gestores de lo
público, en lugar de cumplir con sus obligaciones y gestionar bien
aquello de lo que se han encargado, lo desvían hacia empresas
privadas que, a su vez, subcontratan y subcontratan, sacando tajada
de cada subcontrato y dejando el servicio final al ciudadano en unas
condiciones lamentables.
Y cuando ocurre la tragedia, con arena o sin
ella, el gestor público se lava las manos. ¿Qué pinta, entonces,
al frente de lo público? ¿Para qué se ponen a estos personajes en
los lugares públicos? ¿Creen que gestionar lo público consiste
sólo en privatizarlo? Lo público es de todos, no sólo de los
gestores de lo público. ¿Para qué votas a la derecha, ciudadano? ¿Sabes lo que haces?
jueves, 8 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Decorados
Veo este país como un inmenso teatro,
en el que se está representando una desagradable tragedia y en el
que una multitud de decorados, de cortinajes, van situando a los
espectadores en el ambiente que los desconocidos autores de la obra
quieren. Hay veces en las que, sobre un fondo de alusiones
educativas, aparece Wert diciendo barbaridades, que el personal mira
y traga sin pasmo alguno. Luego, sobre una cortina cuatribarrada,
aparece Mas aportando sus sueños de independencia y de soberanismo,
y medio país lo mira absorto, olvidándose de que el otro medio
tiene hambre. De vez en cuando, sobre unas caras de Mouriño y de
Messi, el fútbol hace acto de presencia y se encarama en el foco de
atención fundamental de la ciudadanía que huye. Todos estos
cortinajes, y otros más, van alternándose con el de los recortes,
que de vez en cuando aparece ante los espectadores, que parece que
están un tanto cansados de la obra y hechos ya a la idea de que las
cosas son así. El último telón, el que muy pocos asistentes
intuyen, pero que es el que le da sentido a la obra y el que más
ayuda a entender su mensaje, aún no ha aparecido. Se dibuja en él
una sociedad nueva, en la que los espectadores son muy mal tratados y
en la que la desigualdad, las injusticias y la desesperanza aparecen
con crudeza. Este último decorado ha sido realizado mientras los
ciudadanos se entretenían con los anteriores, pensando que cada uno
de ellos era lo más importante que se podía ver en el momento.
Cuando acabe la función, las empresas fabricantes de los decorados
se frotarán las manos y los espectadores no sabrán si salir de la
sala hacia la nada o quedarse en ella a esperar que le preparen otra
obra distinta.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Relaciones
Yo soy yo. Yo me relaciono con muchos
tús y es como si mi yo se extendiera en cada una de esas relaciones
hasta llegar a cada tú. Yo soy yo contigo y contigo y contigo. Yo
soy más que yo, porque me prolongo en los tús. Vivir, entre otras
cosas, consiste en prolongarse en los tús. La vida no es mero ser o
mero estar, sino que es, básicamente, relacionarse. Cuando el yo no se
relaciona con los tús, está muerto en vida. Lo mismo le pasa al tú.
Con lo cual, la vida no es más que un profuso conjunto de relaciones
yo-tú y tú-yo que van construyendo poco a poco tanto al tú como al
yo. Y también al nosotros.
Me pregunto qué tipo de personas son
las que dicen creer en el individualismo.
Obama
No es que me parezca el salvador del mundo ni el presidente perfecto, pero me alegro de la victoria de Obama. La de la alternativa hubiese sido terrible.
Sólo quiero resaltar un detalle. Romney, el perdedor, ha dicho que rezará por el presidente, para que lo haga bien. Ayer, sin embargo, dijo que haría todo lo posible por entorpecer la labor de Obama, si éste salía elegido.
Esta hipocresía, esta doble moral, esta intromisión de Dios en los asuntos políticos y esa actitud de entorpecer, de entrada, lo que haga el adversario me asusta, me preocupa y me trae recuerdos demasiado cercanos, demasiado peperos, demasiado inhumanos.
Mientras los políticos no dejen de considerarse como enemigos a costa de los ciudadanos, esto sólo va a ir a peor.
Buenos días. Delicadeza
Uno de los valores infrecuentes es el
de la delicadeza. Como casi todo, la delicadeza tiene un contenido y
también un aspecto formal. Habría que elegir siempre el contenido
más delicado, el menos basto, el más elegante, el que más va a
ayudar a crecer a la persona con la que se quiera tener un detalle
delicado, el que encierre algún mensaje agradable, el que cree más
bienestar. A ser posible, el menos esperado. En cuanto a la forma, se
trata de que, hagas lo que hagas, lo hagas con suavidad, con
miramiento, con ternura, con un cuidado exquisito para que salga bien
y que no se tuerza nada, como si fuera lo único que vas a hacer en
ese momento en la vida, procurando que la otra persona se sienta la
más importante en lo que estás haciendo, con finura, con humildad,
con una sonrisa, con cariño.
Estoy seguro, lamentablemente, de que
no todo el mundo entenderá esta actitud, pero me da igual. Tienen la
oportunidad de aprender y, si no quieren, pues lo lamento, pero yo
hago lo que creo que debo hacer, no lo que quien esté falto de
sensibilidad quiera recibir.
Ojalá tengas un día delicado.
martes, 6 de noviembre de 2012
Mirando por la ventana. Política y ética
Hay corrientes de opinión, cuyos
miembros se autodenominan de izquierdas, pero que en realidad tienen
un comportamiento de derechas, que introducen alegremente a todos los
políticos en el mismo saco, como si todos tuvieran la misma ética,
y tratan de invalidarlos en su conjunto, dando por supuesto que todos
son iguales. Tal simplificación lo que hace es desmotivar al
ciudadano más débil, allanarle el camino al fascismo y facilitar la
llegada al poder del inepto más inmoral y más dañino.
Esto, al parecer, es o muy difícil de
explicar o muy difícil de entender, porque la gente está perdiendo
el sentido de la ética y cree que sólo hay política.
Gran día para la igualdad
El Gobierno socialista de José Luis
Rodríguez Zapatero aprobó en 2005 la ley que permitía los
matrimonios entre parejas homosexuales. El PP, haciendo gala de su
empeño en ideologizar la sociedad, de su falta se sensibilidad
social y de su chocheo mental -aparte de su interés supremo en
desgastar al Gobierno de entonces como fuere, aunque con ello
atentase contra los derechos de la personas-, denunció la posible
inconstitucionalidad de esa ley. Siete años después, el Tribunal
Constitucional se acaba de pronunciar rechazando el recurso del PP y
declarando plenamente constitucionales los matrimonios entre personas
homosexuales.
Me parece un gran día para las
personas gays y lesbianas y también para los que no lo somos, pero que
hacemos nuestro el deseo de querer hacer un mundo en el que quepamos
todos con todos nuestros derechos. Lamentablemente, el PP no
aprenderá y, en cuanto tenga ocasión, seguirá con sus estrategias
bastas y devastadoras, pero hoy, al menos, tenemos que disfrutar de
esa brisa de libertad y de justicia que nos ha traído el Tribunal
Constitucional.
Cómo me gustaría que todos tuviésemos
claro el Principio de Igualdad. Todos somos diferentes, cada cual
tiene sus gustos y, particularmente, su orientación sexual. Pero
todos somos iguales, todos somos personas, todos tenemos los mismos derechos y nadie puede
ser discriminado. Mucho menos por esta corte de negociantes sin
principios y sin sensibilidad que tenemos que soportar en el
Gobierno.
Gran día hoy para la igualdad.
Disfrutémoslo.
lunes, 5 de noviembre de 2012
No sin cultura
He acudido hoy a la convocatoria que el
colectivo “No sin cultura” hizo en la plaza de Santa Ana, delante
del Teatro Español, en Madrid, en protesta por la degradación y la
previsible desaparición de la cultura en nuestro país.
Aunque el público asistente estaba
formado mayoritariamente por actores, yo, que no lo soy, aunque me haya pasado la vida haciendo de actor en clase, acudí porque me sentí
implicado. Creo que la cultura es cosa mía, porque es cosa de todo
ser humano. Sin cultura no hay humanidad. Sin cultura permaneceríamos
todos con los modales de los brutos, utilizando la violencia para
intentar resolver los conflictos. Sin cultura no podríamos
convencernos de que todos somos iguales y de que no podemos
discriminar ni a las mujeres, ni a los que tienen la piel de otro
color, ni a los que han nacido en otros lugares ni a nadie. Sin
cultura no seríamos capaces de ser libres humanamente, es decir,
libres todos, no sólo los poderosos o los ricos. Sin cultura no nos enteraríamos fiablemente de cómo es el mundo en el que vivimos. Sin cultura el gozo
sería chabacano, primario y degradante. Sin cultura lo más delicado
de la humanidad se vendría abajo. Sin cultura la felicidad se
confundiría con los instintos más bajos del animal que llevamos
dentro. Sin cultura no habría más que la alegría bruta del bruto.
Sin cultura hay gobiernos como éste que nos ha tocado sufrir y al
que la historia juzgará por el daño que le está haciendo a la
humanidad.
El símbolo de este colectivo es una
soga al cuello. Así estamos, aunque algunos no lo sepan o no quieran
ver.
Mirando por la ventana. No se han enterado
Todo hecho tiene un aspecto visible,
constatable, que afecta al mundo físico, y también otro simbólico,
que nos remite a algo distinto del propio hecho en sí.
Digo esto porque aún no he salido de
mi asombro y de mi indignación al leer la noticia de que la
izquierda del Ayuntamiento de Madrid ha decidido votar a favor de la
concesión de la Medalla de Honor de la ciudad al antiguo alcalde
Alberto Ruiz Gallardón. Ni voto en contra ni abstención. El hecho
visible es que la izquierda ha votado a favor de que se reconozcan
los méritos del señor Gallardón como alcalde de Madrid. Supongo
que por méritos se entenderá su gestión económica, que ha llevado
a que la ciudad tenga una deuda de más de 7.000 millones de euros y a
que el 22% del presupuesto de la ciudad se emplee en pagar esa deuda
con sus intereses correspondientes. O quizás tengan que ver con que,
a pesar de la deuda y de la crisis, se llevó como mayordomo al
maitre de un famoso restaurante de Madrid, con un buen sueldo,
naturalmente. Puede que los méritos se refieran a que tuvo levantada
Madrid muchos años y luego la cubrió de manera que pasear por
algunas calles del centro de Madrid encierra peligro de tropiezo. O es
posible que tengan que ver con lo que hizo por frenar la
contaminación de la ciudad. Cualquiera sabe a qué se refieren los
méritos del anterior alcalde. No quiero ni pensar que el criterio
para votar que sí haya sido ese tan de izquierdas y tan
revolucionario como es la tradición de darle una medallita a todo el
que pasa por la alcaldía.
En las circunstancias actuales, este
lamentable asunto tiene, además, un fuerte carácter simbólico.
¿Algún votante de izquierdas le daría hoy una medalla a Gallardón?
Seguro que no. Y, sin embargo, sus representantes políticos sí se
la han dado. Este episodio muestra con toda claridad la separación
que se está dando entre los votantes y sus representantes. ¿Es que
no se enteran de que esto está pasando y que por eso se le están
yendo los votos? ¿Es que siguen en su otro mundo, ajenos a lo que
está pasando en este? ¿Con quién se han comprometido, con los
ciudadanos o con los corteses representantes que se turnan en darse
medallas, unas veces a unos y otras, a otros?
Un político tiene la difícil tarea de
convencer al ciudadano de que su programa, su proyecto es el mejor.
Tiene que crear en el votante la esperanza de que el mundo va a ir a
mejor si le vota. Lo que es una grandísima estupidez es que el
político acabe en un momento con la esperanza del ciudadano con medidas como esta,
que lo alejan años luz del mundo de los problemas y que provocan el
castigo del votante, con toda la razón.
Creo que todavía no se han enterado.
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