Tal día como hoy de 1398 nació el Marqués de Santillana, autor de Serranillas, cantares y decires.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Tras iniciarse en el camino de la literatura atesorando algunos premios infantiles ha ido poco a poco creciendo como escritora para debutar con su novela Dentro de dos años, premiada en el certamen Ateneo Joven de Sevilla del año 2019, cuyo tema central gira en torno a ese mundo de las brujas que tanto le apasiona y que es también el tema de su ensayo novelado La hechicera errante que ha visto la luz este mismo año y que es un recorrido por la relación entre mujer y brujería a lo largo de todos los tiempos...
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Elvira Martínez Ropero, o la pasión por el Antiguo Egipto.
Con su sección nos está ofreciendo un singular acercamiento a un punto de la Historia Universal en el que las mujeres tuvieron un papel importante, y nos descubre pequeños y sorprendentes detalles de una civilización que a veces nos hacen pensar si lo que hemos sufrido desde entonces (al menos en algunos casos) es realmente una evolución o hemos involucionado, como parece lo estamos haciendo en otros aspectos de la sociedad más actuales...
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Es evidente que hay un problema, pero el problema no está en las tetas de Amaral, ni en las tetas de Rocío Sanz, ni en las tetas de Rigoberta Bandini, ni en las tetas de Zahara, ni en las tetas de Bebe, ni en las tetas exhibidas de nadie ni en el cuerpo expuesto desnudo de nadie.
El problema real y alarmante está en la mirada sucia, machista, sexista, inquisitorial, maleducada, medieval, degenerada por ideas oscuras, ajena a lo humano, torva, siniestra, triste, infeliz y perversa de quienes, estando reprimidos, quieren reprimir a todos los demás proyectando sobre ellos sus deformaciones. Es la mirada del fascista, que no tolera que los otros sean libres, sobre todo, las mujeres, y al que le han dicho que para imponer el poder sobre los demás, hay que mantenerlos sin recursos, sin ideales y sin libertades.
Por eso, que una mujer enseñe las tetas en público es para ellos una peligrosa provocación, porque puede despertar la alegría de la libertad entre los ciudadanos y echar por tierra sus proyectos de imposición de esclavitudes que mantengan al pueblo sojuzgado.
Enseñar las tetas en público es un ejercicio de libertad, de autonomía, de puesta en práctica de derechos propios, de igualdad, de sentirse un miembro sano más de la naturaleza y una persona que quiere que la cultura de la libertad esté presente en su vida.
Reprimir que una mujer enseñe sus tetas en público debería ser objeto de protesta y de desprecio por cualquier ciudadana o ciudadano que sea consciente de sus derechos y que tenga la mirada limpia de cualquier mancha de inhumanidad.
Gracias a Amaral y a todas las demás.