Tener cultura no consiste en saber
muchos datos, dar bien las clases, dominar la química del carbono,
ser especialista en el arte renacentista o poder curar enfermedades.
Eso es estar instruido, ser un erudito en alguna materia.
Tener cultura es saber vivir como un
ser humano, creciendo como persona, procurando el bien de todos y
practicando el respeto, la generosidad y todos los valores, siendo
libre y procurando que todos sean libres, creando las igualdades
entre todos y no molestando a nadie.
La gran amenaza para el mundo y para
sus habitantes es la incultura, el aumento del número de ciudadanos
que no saben vivir como seres humanos ni les preocupa saberlo. No
hablemos ya de quienes adoptan la responsabilidad de no dejar vivir a
los demás como seres humanos.
En mi opinión esto es lo que está
ocurriendo, y cada vez más.
O despertamos y procuramos acudir a la
liberación de la cultura o caemos en las tinieblas mortecinas de las
esclavitudes, de la mediocridad ordinaria, de las dictaduras
interesadas y de la brutalidad.
En cada momento de la vida hay que
optar en esta alternativa.