El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Amamos, y creemos que eso está bien.
Odiamos, y creemos también que eso está bien. Nos dejamos llevar
por el rencor, y también lo aceptamos. Somos injustos, intolerantes,
vengativos, discriminatorios, crueles, falsos o, incluso, estúpidos
y no nos queda en la conciencia la menor huella que nos hable de que
eso no esté bien. Todo da igual.
Solo podemos conocer aquello para lo
que tenemos palabras. Quien no sepa lo que significa, por ejemplo, la
palabra 'resiliencia', no podrá conocer nada de esa actitud. Puede
que la practique, pero no podrá tener un conocimiento profundo de
ella. Nuestro saber tiene su origen en las palabras. Si usamos pocas
palabras, el árbol de nuestros conocimientos será débil y
quebradizo. Cuanto menos leamos, más pobre será nuestro
vocabulario, más débil nuestro conocimiento y menos madura nuestra vida.
Si hablamos mal, escribiremos mal. Si
nuestro lenguaje no es preciso, nuesftro pensamiento tampoco lo será.
Si no pensamos correctamente, no nos enteraremos de lo que ocurre, y,
entonces, nos manejarán con más facilidad.