viernes, 13 de febrero de 2015

Buenas noches. Hijos ¿de qué?



Si saludas, desea de verdad un buen día. 

Si te despides, deja un poco de tu cariño. 

No seas hijo de la rutina, ni de la costumbre, ni de la nada, sino de la vida llena. 

Buenas noches.


Ética para todos. 21. Hay que quitarse el sombrero



Nos tocaba analizar hoy la norma que dice que
Los caballeros deben quitarse el sombrero o la gorra cuando entren en un lugar que esté bajo techo
Esta era una norma muy común en nuestra sociedad hasta hace unos años, aunque hoy haya caído en desuso entre casi todo el mundo.

Conviene decir que las normas sociales, esas que llamamos 'de buena educación', no son caprichos que se le ocurren a alguien y que se empeña en que los demás los cumplan. Realmente las normas siempre responden a alguna razón o, en el peor de los casos, a algún interés. Una verdadera educación, racional y crítica, lo que debe procurar es que cada persona sepa las razones que justifican -o los intereses que inspiran- las normas que se encuentra, para que sea ella misma quien decida si las cumple o no. Lo que carece de sentido es cumplir o no cumplir una norma sin saber lo que se está haciendo.

En el ejemplo de ir con la cabeza cubierta en espacios cerrados hay una razón de peso que justifica esa norma. Es la siguiente. El calor corporal tiende -como todo lo caliente- a subir por nuestro cuerpo y a escaparse por la cabeza. Buena parte de nuestro calor nos abandona así. Es por eso que un día de mucho frío agradecemos llevar puesto un gorro, porque así evitamos que nuestro calor corporal se escape y nos deje fríos. Pero si en lugar de estar en el frío de la calle, nos introducimos en un local cerrado, en donde no hace frío ninguno, ¿qué le ocurre a nuestro cuero cabelludo si va cubierto por un gorro? Pues que en él el calor es enorme, porque el calor que tiende a salir es retenido allí por el gorro. Lo que empieza así a sufrir es el pelo, sometido a un calor excesivo. Si esta situación se repite, no es raro que el pelo se caiga, al no soportar una situación de temperatura anormal. Es lo que ocurría en los pueblos cuando los hombres llevaban constantemente la boina puesta, tanto para trabajar, como para pasear o para comer. Incluso alguno se la ponía para dormir. Pasado un tiempo, aparecía la calvicie y la boina, entonces, servía para calentar la cabeza calva. Intentando evitar este problema, surgió la norma de quitarse el sombrero en los interiores.

Es verdad que esta norma se refiere a los hombres, pero ¿por qué no a las mujeres? Aquí aparece el carácter machista de la norma. Si para el machista la mujer debe estar ante todo bella, ¿cómo se va a quitar el lindo sombrero que lleva puesto, posiblemente con horquillas, para aparecer despeinada y desprovista de su llamativo adorno?

Hoy es bastante común ver a jóvenes en verano con la gorra puesta en cualquier sitio, incluso en conciertos en donde hace mucho calor o en el interior de locales cerrados. No sé si saben lo que hacen, pero el riesgo de que se queden calvos pronto lo llevan encima.

¿Es esta una norma jurídica? Evidentemente, no. ¿Es una norma moral? Es evidente que tampoco, pero lo formativo es analizar por qué no lo es. ¿Es una norma tan buena que me puedo yo sentir obligado a cumplirla? Puede ser que sí lo vea yo así. ¿Deberían cumplirla todos, por ser tan buena? Posiblemente, también. ¿Se cumple porque es buena o porque a cambio yo obtengo algún beneficio? Yo creo que se cumple para no perder el pelo -o para estar más atractivo, que da igual- y eso hace que no se cumpla esta condición de las normas morales. Por tanto, es una norma saludable, pero no es una norma moral.

Para una próxima ocasión te propongo que analices la norma:
“No se debe escupir en el suelo”
Cualquier opinión que tengas sobre estos asuntos nos puede ser de utilidad a algunos. Exprésala. Gracias.



Los viernes, etimologías. Cobre, estaño, bronce


Obra de Guillermo Pérez Villalta

COBRE

Sabemos por una entrega anterior de estas Etimologías (22-08-14) que el nombre de este metal proviene de la isla de Chipre, en griego Kypros, por los importantes yacimientos de este metal que había en ella. Del latín cuprum, se discute si entra en castellano desde el alemán kupfer o a través del catalán, que tiende a eliminar las vocales finales, y cobr habría desarrollado en castellano una vocal de apoyo e. Fue el primer metal importante en los comienzos de la Historia, da nombre a la Edad del Cobre (básicamente el III Milenio a.C.), tanto por su facilidad de fusión como por la abundancia en el Próximo Oriente. Es muy importante en las aleaciones más usuales, latón y bronce.

ESTAÑO

El estaño en aleación confiere al cobre gran dureza, pero es poco abundante en el Mediterráneo Oriental, así que fue buscado obsesivamente por los primeros colonizadores del Próximo Oriente. La primera zona de difusión fue el norte de Mesopotamia, el país de los cassitas (una pequeña cultura que llegó a dominar Babilonia), de forma que el metal fue llamado en griego kassiteros. Este es el origen del nombre del estaño hoy día en árabe, qasdir y en las lenguas eslavas. Cuando los fenicios descubrieron importantes yacimientos en el sur de las Islas Británicas, estas fueron llamadas las Islas Casitérides. Pero en Cornualles el metal recibió el nombre de stan, término quizás celta (los celtas también eran indoeuropeos) que significa piedra, roca, algo duro. Este es el origen tanto del inglés tin, como del latín stannum. Y de estaño derivan en español estañar, cubrir de estaño, y restañar, cubrir de estaño por segunda vez.

BRONCE

Fue la primera aleación importante obtenida por el hombre, dando nombre a la Edad del Bronce (básicamente el II Milenio a.C.). La guerra de Troya fue cantada por Homero como una guerra con armas de bronce, el escudo de Aquiles fue forjado por Hefesto en bronce. Su dureza fue básica para las armas, para las campanas, por su bello sonido, o para el arte de la escultura. Los griegos lo llamaron chalkós y en latín aes. Pero en latín vulgar se llamón aes brundisium, de Brindisi, quizás porque llegaba por mar a este puerto y de allí se distribuía a todo el Imperio Romano. De brundisium proviene nuestra palabra bronce. En la América prehispánica se conocía la aleación de cobre y estaño, aunque no se utilizara masivamente para herramientas. El bronce, aun después de la llegada del hierro, siguió compitiendo con él durante siglos hasta la obtención de aceros de calidad.



Buenos días. ¿Todos?




¿Vamos a vivir todos? 

Buenos días.

El Calendario Cultural de Bautista. 13/ 2/ 2015. Mariano José de Larra




Tal día como hoy de 1837 se suicidó Mariano José de Larra

Tienes más información aquí.


jueves, 12 de febrero de 2015

Carnaval: parece que soy yo



En muchos aspectos soy, cada día, el que tengo que ser, el que debo ser. ¿A ti no te ocurre lo mismo? Yo creo que sí. Por ejemplo, no le hablamos a quien no conocemos porque tenemos prisa, porque va con su móvil a cuestas, porque no es lo normal y porque cualquiera sabe cómo le sentará. No le comentamos a quien está al lado lo que nos parece la situación en la que estamos. No tenemos detalles con los desconocidos. Damos besos oficiales, saludos oficiales, palabras oficiales, abrazos oficiales -o sea, que no abrazamos. Todo son protocolos oficiales. A menos que seamos muy libres, vivimos encorsetados en las normas habituales, tan vacías, tan uniformes. Para eso llevamos puesto el disfraz ordinario, el de todos los días, el que nos convierte en ciudadanos adiestrados en una sociedad que quiere ciudadanos y ciudadanas adiestrados.

Pero llega el Carnaval y no sé qué es lo que harás tú, pero yo me visto de fiesta, de fiesta de Carnaval, me disfrazo de romano o de geisha o de la duquesa de Alba. Lo importante es que me quito el disfraz de todos los días y procuro ser yo, vestido de algo imposible, de cualquier cosa divertida, con un disfraz que no es más que la excusa para no ser el de todos los días. Y procuro que la gente sea igual de libre que yo, que los desconocidos se sientan más valorados y que quienes pasan por ahí vestidos de cura o de Marilyn se encuentren estupendamente vestidos así. Luego, a quien me parece le hago un regalito simbólico: una flor de papel que no me cuesta ningún trabajo hacer, pero que la hago y la regalo. Y el gesto de sorpresa y de alegría que produce en el 99% de las personas es impagable.


Cuando termina el Carnaval, lamentablemente, me vuelvo a poner el disfraz de todos los días y sigo siendo ese que, a menos que encuentre a personas con las que se puede ser libre, parece que soy yo. 

Buenas noches.