Hay personas con las que hablamos poco,
que quizás tengan una ideología distinta de la nuestra, que
seguramente posean un estilo de vida cotidiana con el que no
conectemos fácilmente. Son personas de posible convivencia
imposible. Y, sin embargo, a algunas de esas personas nos es fácil
leerles la sonrisa e intercambiarla con la nuestra, y quedarnos
instalados en su mirada, en la que vemos nobleza y cariño, y
dejarnos llevar hacia el abrazo que brota irremisiblemente de nuestro
cuerpo, y quererlas, aunque no haya palabras comunes, ni ideas
comunes ni un estilo de vida común, pero sí valores humanos
comunes. En el aire nadan relaciones entre personas, que son
difíciles de explicar, pero que hacen ver que la vida a veces es
cuestión también de gestos, de detalles, de abrazos, de besos, de
manos, de una cierta ternura. Buenas noches.