Estoy ya cansado de esa costumbre actual tan extendida de que los padres no eduquen a sus hijos. Hasta el rancio de santo Tomás de Aquino decía que un deber natural era no sólo el de mantener la especie, sino el de educar a los hijos, pero se ve que ahora ni siquiera eso se lleva. Debe de ser que el aburrimiento es muy malo, que de la soledad hay que huir como sea o que la costumbre puede más que la racionalidad. El caso es que la gente no deja de producir carne educable y que una cantidad enorme de esta carne terminara sin educar, como si bajo la estúpida creencia que todo se hace solo, se ocultara otra no menos estúpida tendencia a lo fácil, a lo cómodo, a la rajoyesca actitud de que los problemas se disuelven solos. Nada de acostumbrar a los hijos a tener comportamientos humanos positivos, nada de decirles lo que deben hacer y lo que no deben hacer, nada de transmitirles valores y explicarles por qué deben ponerlos en práctica, nada de hacerles ver la importancia del respeto, de los modales elegantes, nada de mostrarles la importancia de la curiosidad, del estudio, de la limpieza moral y física, del esfuerzo, de que no todo vale. Es mejor engañarlos haciéndoles ver que la vida es sencilla, que siempre podrán hacer lo que les dé la gana, que tener los caprichos que quieran es tan sencillo como pedirlos y esperar un poco, que ellos mismos y sólo ellos son lo único importante en el mundo, que pueden molestar, hacer ruidos varios, faltar al respeto a cualquiera, tocar lo que quieran, vivir como deseen. Y que no proteste nadie porque hasta ahí podíamos llegar. No le deseo a estos padres y madres ni un ápice del sufrimiento que van a tener con estos antropomorfos antropófagos en casa. Si en algún momento se dan cuenta de lo que han hecho, será tarde. Mientras tanto, los demás estamos sufriendo y aguantando las consecuencias de unas generaciones de padres y madres, alimentados por la televisión, por el vicio del tener, por la ausencia de la lectura y de la mínima reflexión y con el tremendo vacío humano que domina sin remedio tantas y tantas cabezas. ¡Qué enorme error! ¡Que enorme horror!
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
miércoles, 27 de abril de 2011
martes, 26 de abril de 2011
Educar
Hay asuntos para cuya solución se es demasiado joven. Por ejemplo, aprender a ser prudente. Y hay otros, sin embargo, que cuando se intentan resolver, ya casi no hay tiempo. Es lo que ocurre con la adquisición de buenos hábitos deportivos y de ocio, entre otros. Este es uno de los mayores problemas de la vida y que debería resolverse con una buena educación de los hijos.
lunes, 25 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
Toros
La clase bruta saca pecho, incluso en Francia, el país que considerábamos como el lugar del refinamiento, de la exquisitez, de la elegancia. Ahora resulta que han inscrito las corridas de toros como Patrimonio Cultural Inmaterial. Patrimonio, aparte de su etimología machista, se entiende como equivalente a algún objeto de valor que se posee, lo que en el caso de los toros está por ver. Aclarar lo que es la cultura es una tarea difícil y larga, pero, desde luego, hay que tener la manga muy ancha y la mente muy corta para meter en ella los toros. Habrá quien quiera meter también en el Patrimonio la matanza del cerdo. Lo más incomprensible es lo de inmaterial. No sé en qué conceptos de materia y de forma estaría pensando el intelectual que diseñó el título de este disparate, pero que le pregunten a los toros si lo que hacen con ellos es inmaterial o no.
Detrás de todo esto me parece que hay una mentalidad vieja y antigua, aquella que se inspira en un antropocentrismo cruel que sitúa al hombre por encima del resto de los seres de la Naturaleza y los pone a todos a su servicio. Puede justificarse que se mate un animal o una planta para que el hombre se alimente, pero ¿cómo justificar que se sacrifiquen cruelmente animales para hacer abrigos o para que unos desocupados se distraigan viendo el sufrimiento de unos toros? Cualquier historia que se esgrima para intentar hacer ver que esto no es una barbaridad termina, según lo veo yo, en una idea del hombre como el gran ser situado en el centro del mundo y con todo lo que existe a su servicio. Algunos, incluso, para hacer ver que las cosas son así, se ponen también a sí mismos al servicio de un ser superior, un dios de turno, y se quedan tan tranquilos. Los conceptos de igualdad en el derecho a la vida, de respeto, de evitar el sufrimiento y la tortura les caen muy lejos aún.
Cuando Copérnico comenzó a defender el heliocentrismo, no sólo fue perseguido por ir en contra de lo que decían que decíala Biblia y contra lo que manifestaban los pensadores antiguos, sino porque quitaba al hombre del centro del mundo, al quitar la Tierra, su trono, del lugar privilegiado del Universo. Los defensores de los toros aún siguen profesando esta vacía soberbia humana, tantos siglos después. En realidad, vamos caminando a marchas forzadas hacia la Edad Media.
sábado, 23 de abril de 2011
Así se va creando el género femenino
Estupendo post en el blog de Alicia Guevara sobre Las ventajas de ser una bruja.
En el día del libro
Este blog no puede quedar un día como hoy con un tipo fumando y haciendo y diciendo lo que se cita. Un día como hoy hay que acercarse a la Belleza, a algún tipo de belleza. Un camino provilegiado para ello es el de la poesía. He encontrado un poema que me parece sencillo, claro, oxigenante, generador de igualdad, humanizador, sensible, liberador, vital. Es de la escritora nicaragüense Gioconda Belli, de su Poesía reunida, y dice así:
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.
Lo he tomado del espléndido blog de Alicia Guevara, en el que se ha empezado a publicar un estudio de la poesía de Gioconda Belli.
Que los libros estén en tu vida.
Que llamen la atención a Trillo
No sé si este caballero llamado Federico Trillo es un enterado que engaña a cualquiera de cualquier modo, siempre que le interese, o es un ignorante descomunal que no para de decir y de hacer barbaridades allá por donde esté.
Recuerdo de él que, cuando era Ministro de Defensa y pese a que había informes contrarios, se llevó la Escuela de Infantería de Marina, que llevaba 120 años en San Fernando, Cádiz, a su pueblo natal, a Cartagena. Era un regalito caro, que en su día fue calificado de catetada, pero que le interesaba hacer.
Luego pasó lo del avión, lo del Yak 42, en donde le echó la culpa a todo el que pasaba por allí menos a él mismo.
Más tarde, que yo recuerde, se ha puesto a dirigir las relaciones del PP con la justicia y ahí anda ahora enredando y haciendo ver que se ve lo que no se ve o al revés, según convenga.
Ahora se dedica a pontificar sobre lo que debería haber hecho el gobierno en el caso de la liberación del etarra Troitiño, dogmatizando sobre quién debería haber sido detenido por la policía, a las órdenes del ministro Rubalcaba, aunque no tuviera mandato judicial para ello, lo cual supondría un delito de detención ilegal. Y, además, carga contra el juez que hizo lo posible para que el etarra volviera a prisión, pero se olvida del otro juez que decretó su libertad, afín a su ideología.
La postura del señor Trillo es muy burda, muy gruesa. Yo creo que sabe que es incapaz de convencer a nadie que tenga un poco de criterio y que no se deje engañar con monsergas y que, en cambio, se dedica a apuntalar a los que van con las vísceras en la cabeza, no sea cosa de que se les escape alguno de sus votos. Mientras tanto, él se rebaja a la condición de maniobrero, de cínico con corbata, y va contribuyendo a desbaratar el país, contándonos milongas y fomentando el todo vale, mientras a él le interese. Mal ejemplo, señor Trillo. Alguien le debería llamar la atención.
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