—En lo profundo de la soledad buscada
aparece lo que uno verdaderamente es, ese secreto oculto del que
surgen todos nuestros pensamientos y nuestros actos. Y aparecen
también los otros, los seres necesarios para que podamos vivir y que
aceptamos solo en la medida en que nos sirven. Pero ya no me soporto
a mí ni soporto a los otros. Por eso huyo de la soledad. No quiero
saber nada de mí ni de los otros. Solo me importa lo que tengo —me
dijo.
Buenas noches.
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