Fragmento de una obra de Marina Núñez
Desconocemos y despreciamos la belleza
con demasiada facilidad. Lo hacemos en las ciudades, en el trato, en
nuestros cuerpos, en nuestras palabras, en nuestros pensamientos.
Con
mayor menosprecio aún, rechazamos la racionalidad en nuestros actos,
en nuestros deseos, en nuestra vida.
Ignoramos qué es el amor y nos
dejamos arrastrar por absurdos romanticismos, por impresentables
degradaciones de las mujeres, por viejas costumbres de otros tiempos
sin ningún sentido justificable.
Poco a poco nos vamos convirtiendo
insensible e inconscientemente en un pueblo de catetos, de horteras,
de viejos de cualquier edad.
Vamos desvitalizando el presente y
destrozando el futuro.
Le damos un estatus de normalidad a lo que no
es más que la deshumanización del ser humano y de su sangre: la
vida.
Mal asunto este.
Buenas noches.
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