Día intenso, lleno de gestiones y recados, de escribir algo, de bailar algo, de ser algo generoso y, por fin, de recibir la mala noticia de la despedida de los periodistas de la SER.
Esta crisis la vive cada uno según le va. Unos buscan la comida cada día, otros buscan un trabajo, otros buscan el pequeño robo que dé sentido a sus vidas y a otros nos parece que es el país el que debería ser mejor, más igualitario, más justo, más concienciado, más noble, más democrático.
Noticias como la de hoy me van echando hacia la playa, hacia el borde del estado, a una especie de exilio imposible, pero vital. Me siento español por cuestiones geográficas, nada más. Es lo que han conseguido de mí.
Buenas noches. Esto último es un deseo, no una constatación. Besos y abrazos. Esto es por el cariño que os tengo a quienes estáis en este refugio de buena gana y con buena actitud.
Hasta mañana.
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