lunes, 3 de diciembre de 2012

Lo que se ve. Velocidad




El mundo actual, tan tecnológico, está dominado por la velocidad. Nos trasladamos en los medios de transporte a gran velocidad. Todo lo que aparece en la televisión transcurre a gran velocidad. Manejamos ordenadores y máquinas que funcionan a gran velocidad. Comemos a gran velocidad. Hablamos a gran velocidad. Juzgamos a gran velocidad. Todo cambia a gran velocidad. Vivimos a gran velocidad.

Había filósofos en la Grecia antigua que defendían la idea de que el hombre era la medida de todas las cosas, que el mundo debía estar hecho a la medida del hombre. Pero el hombre no está hecho para soportar todas esas velocidades. Por ejemplo, no se puede pensar a tanta velocidad, ni se puede leer, ni escribir, ni pintar, ni saborear ni mirar a tanta velocidad.

Me preocupan los más jóvenes. Se han acostumbrado a concentrarse sólo ante lo que discurre a gran velocidad y cuando se ponen delante de un libro, que lamentablemente para ellos no se mueve, o ante un cuadro, o ante una película de una cierta lentitud, entonces se aburren, porque parece que aquello ya no es de su mundo. No sé qué va a ser de ellos. Crearán seguramente un mundo distinto, pero no sé si será a medida humana o no.

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