Pero la favorita de la condesa lideresa y anglófila confesa ha organizado en su departamento otra manifestación de manifiesta incompetencia. Quieren promocionar los colegios e institutos bilingües. Basta con que en ellos se den dos asignaturas en inglés, pero a eso lo llaman bilingües. Cuesta el proyecto unos 13 millones de euros, pero en propaganda, en época de restricciones de todo tipo en educación, se han gastado casi 2 millones de euros. Aún no he oído a nadie de la oposición que haya puesto el grito en el cielo ni en la mesa protestando por tal disparate.
El caso es que el eslogan que usan en la propaganda es una parodia del Yes, we can, de Obama. En este caso es Yes, we want. El caso es que esta es una frase mal construida en inglés, puesto que el verbo exige la compañía de un complemento directo para que la sintaxis funcione. De manera que para fomentar el estudio del inglés, tampoco tienen inconveniente en emplear una frase mal construida, incorrecta. También da igual. Lo importante es el fin que se pretende conseguir. Los medios empleados no importan. Neoliberalismo por todas partes. Gente tragando disparates por doquier. La incompetencia sentada en el sillón del poder. La mediocridad dirigiendo los destinos de los ciudadanos. La anestesia contaminando el aire que respiramos y las ideas que consumimos. Nadie ha pedido disculpas por el uso del dinero público para estos disparates. Seguimos tragando.
¡Como está el patio! Me río yo de las restricciones por la crisis.
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