El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
El amor es el lugar en el que se encuentran la soledad y la compañía. Es la soledad sin remedio que habita en lo más profundo de nosotros mismos. Es la compañía de quien no puede vivir por ti, pero es capaz de ayudarte a vivir, y de quien, sin que puedas vivir su vida, permite y quiere, sin embargo, que tú le ayudes. El amor es la actitud, posiblemente imposible, en donde tu vacío, siempre por llenar, se nutre con mi alimento, siempre insuficiente. El amor es la utopía de quien quiere querer, pero no sabe querer del todo, porque no se puede querer del todo lo que se quiere. El amor es la irrealizable conversión de lo infinito en medidas humanas, nunca conforme con ellas, pero siempre contenta por haber logrado esculpir una sonrisa en los labios amados. No existe el amor. Por eso hay que crearlo cada día como quien recorre un camino interminable y distinto del de ayer. Unos pasos andados en la senda del amor son ya amor, pero no es el amor. Buenas noches. Besos y abrazos.
Si te estás quieto, no suele pasar nada, pero si te mueves, la vida con sus luces y sus sombras, sus alegrías y sus disgustos, cae sobre ti y te hace sentir vivo, al módico precio de reír o de llorar, de estar alegre o de estar triste. Si tiendes a la estabilidad, a la tranquilidad, al sosiego, huyes de la vida. Es la paradoja, la contradicción que encierra la vida. La vida es guerra. La paz es para el sepulcro.