Cuando Hungría estaba ya en manos del fascismo, Capa se exilia y vive en Alemania y Francia hasta que, en 1936, viene a España para cubrir la Guerra Civil. Le acompaña Gerda Taro, también fotógrafa, y se alía con el bando republicano.
Su obra más conocida es “Muerte de un miliciano”, fotografía presente con profusión en libros y trabajos sobre la Guerra Civil.
En 1947 fundó Magnum Photos, una agencia en la que trabajarían fotñógrafos de la talla de Henri Cartier-Breson y David Seymour, entre otros.
La revista Life lo envió, en 1954, a Vietnam. Allí pisó una mina y murió.