El sentido de la buena educación es el
de que todos los ciudadanos y todas las ciudadanas podamos vivir una
vida humana, sin que se moleste a nadie y respetando los derechos de
todas las personas.
La buena educación suele tener poco
que ver con tradiciones repetidas mecánicamente sin que se sepa por qué
se repiten, ni con costumbres establecidas desde hace tiempo que
favorecen a unos a costa de otros.
La buena educación siempre tiene un
componente personal, que autoobliga individualmente a cada ciudadano, y
otro componente social, que favorece a la colectividad.
La buena educación debe estar
enraizada en la razón, no en el capricho ni en el interés
individual, ni en las costumbres no criticadas. Debe ser fruto de una
reflexión que parta de un sentido limpio y noble de lo humano y que vaya
dirigida al bien de la colectividad.
La buena educación debe ofrecer
siempre una justificación racional de cualquier norma que se ofrezca
en su nombre.
Buenas noches.
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