Es más fácil embrutecer a un ser humano que hacerlo bueno. Por eso, quienes van buscando feligreses que acepten algo sin saber lo que aceptan, se dedican a crear brutos. Lo hacen a través del escándalo, diciendo y haciendo brutalidades con el deseo de que sean aceptadas como algo normal. Entre quienes se embrutecen pronto y quienes critican a los embrutecedores, dándoles cabida en los medios y en las redes, la campaña está hecha y la feligresía conseguida y puesta a punto. Creo que convendría no hablar de los brutos -ni, mucho menos, citarlos por sus nombres- y exponer siempre ideas, hechos o proyectos constructivos, positivos, que creen personas buenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.