No hay que perder nunca ninguna
esperanza. Por muy mal que estemos, nunca hay que perder la
esperanza. Nuestra vida y nuestra esperanza dependen de nosotros,
pero también de nuestras circunstancias. Nunca sabemos si estas
cambiarán ni si, entonces, una nueva luz aparecerá en nuestras
vidas. Podemos estar cansados de esperar, pero o cambiamos nosotros o
debemos contemplar la posibilidad de que cambien nuestras
circunstancias.
Buenas noches.
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