¿Qué regalar a los niños?
En el mes de diciembre suelo hacer esta pregunta a los alumnos. Les pongo en la situación imaginaria de que fueran ellos los padres de un niño y de una niña y de que tuvieran que regalarle algo. ¿Qué elegirían?
La respuesta más desazonante suele ser la primera: “Lo que ellos quieran” dicen muchos y con mucha frecuencia. La respuesta muestra la soledad en la que los dejan los padres y el desconocimiento en el que están sumidos. Me imagino que quienes piensan así también dirán que el niño coma lo que le apetezca, no lo que deba comer. Pero ¿qué sabe el niño de lo que le es más necesario para que crezca con un cuerpo y una mente sanos?
Les admito a los alumnos que los juguetes tienen una misión importante que consiste en distraer al niño y hacerle pasar un buen rato. Pero el juguete debe ser también educativo, debe excitarle la curiosidad y el pensamiento y desarrollarle la mente a la verz que se distrae.
Luego les lanzo la idea de que el juguete tiene también una posible función social, la de acostumbrar al niño o a la niña a desarrollar un rol determinado. Por ejemplo, el de hacer que la niña vaya viendo que su papel en la sociedad es el de dedicarse a lo relacionado con la procreación, y para que lo que empiece a entender, se le regalan muñecas con las que entrenarse, o que debe estar guapa, y aprender a cocinar, etc. Al niño, en cambio, se le pide otro papel en la sociedad, como es el de ser fuerte y mandar, para lo que se le regalan otro tipo de artilugios. En muchos casos no logran entender esta relación entre los juguetes y el mantenimiento de una sociedad machista. Tampoco conciben fácilmente que la muñeca podría faltar como regalo.
Me parece que aún hay debate en relación con este tema.
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Estoy de acuerdo con todo, menos con una cosa...
ResponderEliminarQuién te ha dicho que los niños no saben lo que le es necesario comer para estar sano? Más bien al contrario... Precisamente los niños mantienen intacto (más, cuanto menos edad tengan) el instinto de alimentarse exactamente con los nutrientes que necesitan, siempre que les dejemos libertad para elegir los alimentos que toman.
Hay inclusos experimentos realizados con grupos de niños, incluidos bebés, a los que dejaban libertad absoluta para elegir los alimentos y las cantidades que ingerían. Les ponían mesas con todo tipo de alimentos, que ellos mismos comían con sus manos, y sorprendentemente seguían unos menús de lo más equilibrados, comían de todo y en las cantidades que necesitaban exactamente en función de las actividades que realizaban o del momento de crecimiento por el que pasaran.
Ahora mismo no se dónde encontrar información para mandarte pero lo preguntaré y te lo pasaré para que le eches un vistazo porque es muy curioso.
En ese sentido creo que debemos confiar más en los estómagos y las apetencias de los niños, porque somos nosotros, los adultos, los que tenemos realmente desvirtuado lo que ellos y lo que nosotros mismos necesitamos. Estamos tan influidos por la publicidad, por las modas, por los comentario sociales, etc. que no escuchamos nuestro cuerpo y no les dejamos a ellos escuchar el suyo y confiar en su instinto. No confiamos en el instinto animal del hombre, que pese a estar bastante atrofiado, lo seguimos conservando al nacer...
En fin, que me enrollo, este tema me interesa mucho, como ves...
Ya te mandaré info.
Ojo!! Me refiero a poner a su alcance exclusivamente alimentos sano!!!!
ResponderEliminarBueno, solo decir, que fuimos de los pocos padres que no compramos una consola a nuestro hijo cuando era adolescente.
ResponderEliminarY sí le pusimos un ordenador -a una cierta edad- que él manejaba con un prudente control por nuestra parte.
Y es que el tema de la consola nunca nos convenció: adicción, distracción, ser poco educativa...
hoy tiene ya veintidós años, y eso sí, conserva el "famoso barco pirata" y un "camión trailer" que estaba genial.
Bueno, tampoco le compramos nunca (y mira que sí lo pidió con insistencia) una televisión para su cuarto. Eso nos pareció un disparate...