ALFEÑIQUE,
con su significado figurado de persona delgada, es en origen un dulce
en forma de barrita delgada llamado en árabe hispánico alfainid,
que viene a través de los persas del sánscrito phanita,
un derivado de los jugos de la caña de azúcar que se presentaba en
forma de barritas como fideos.
MANDARINA
es palabra traída por los portugueses, por el color naranja de la
vestimenta de los consejeros. Eso significa el sánscrito mantari,
consejero, palabra que comparte raíz indoeuropea con nuestra mente,
la del pensamiento.
CARMESÍ
se acuña en catalán, a partir del árabe qarmazí,
que proviene del sánscrito krmi,
gusano, pues de un gusanito se obtenía el tinte ese de la púrpura.
Emparentado con el latín vermis,
origen de bermejo,
bermellón...
PALANGANA
es palabra de origen
incierto. Relacionada, según algunos, con patella,
patera,
patena,
recipientes planos todos ellos, o con el ibérico palaga,
artesa pequeña, pero, según otros, es palabra de origen sánscrito,
quizás traída por los portugueses. En argot tiene distintos
significados en ciertas zonas hispanoamericanas, fanfarrón,
pedante...
CARAMBOLA
es el fruto del carambolo, árbol llevado por los portugueses a
América. El nombre en sánscrito es karmaranga.
En portugués evoluciona a significar lío, enredo. Y de ahí pasa a
significar una jugada del billar, por su complejidad.
CHINGAR.
Un tema que desborda por su tremenda complejidad es el del origen de
la etnia gitana y de su lengua, el caló. Hay libros y libros sobre
el tema. Pero si nos acercamos a una de las hipótesis más serias,
su origen hindú, es creíble que en el caló hayan llegado palabras
de origen sánscrito, como camelar
(kama
en sánscrito es amor), cate
o parné.
Sánscrito, a través del caló, puede ser el origen de CHINGAR,
de cingarar,
pelear, aunque hay otras teorías. Chingar
es, creo yo, la palabra más rica y más compleja de la lengua
española. En todas las zonas se usa con uno u otro de sus
variadísimos significados. Pero es en México donde se convierte en
una especie de palabra mágica. Yo recomiendo ojear, o incluso leer,
el precioso artículo de Octavio
Paz
titulado "Chingar"(basta
teclear en Google "octavio paz chingar"). Octavio Paz dice
que en esta palabra "hay tantos matices como entonaciones,
tantos significados como sentimientos". Decía una propaganda de
un partido mexicano en los 70: "Hace un chingo
de años los indios éramos muy chingones,
Cuauhtémoc era el gran chingón.
Pero un día llegaron un chingo
de gachupines y los muy hijos de la chingada
hicieron mil chingaderas
y nos chingaron
a los indios... Y para que no te sigan chingando
afíliate al Partido Tal y Tal".
Así
que por hoy, en vez de adiós, os voy a decir ¡a chingar! (en el
buen sentido de la palabra).