El Sr. Daniel Flores es un magnífico panadero, la Sra. Inma es una magnífica camarera y el Sr. Fran Gómez es un magnífico frutero. A todos ellos mi más cordial enhorabuena por lo bien que desempeñan sus profesiones, con una dedicación y un éxito dignos de toda alabanza.
El Sr. Daniel Carvajal, el Sr. José Luis Mato, el Sr. Álvaro Morata, el Sr. Rodrigo Hernández, el Sr. Jesús Navas y el Sr. Carlos Carvajal son unos magníficos deportistas profesionales, dignos de todo reconocimiento en sus especialidades por sus grandes logros, tan grandes como los del panadero, la camarera o el frutero. Les doy desde aquí mi enhorabuena, así como a todos los miembros de sus equipos, pero también les retiro mi admiración. Me han demostrado que son unos señores maleducados que actúan dejándose llevar por sus intereses particulares, sin dar muestras de un necesario respeto a las instituciones democráticas y ofreciendo un ejemplo nada conveniente a la juventud que tanto les ha animado en sus logros.
Aprovecharse de sus situaciones públicas para dar rienda suelta a sus egoísmos y a sus inclinaciones antidemocráticas personales no me parece que sea una conducta aprobable ni presentable. Tiene que quedar claro que una cosa es la instrucción, o la enseñanza, o la destreza física que se consigue entrenando el talento, y otra es la educación, la manera de estar en la sociedad de manera que podamos vivir todos como seres humanos. Quien no tiene esta educación no es un demócrata. Y quien no es un demócrata es un fascista, gane lo que gane. No hay terceras opciones.