viernes, 5 de diciembre de 2014

Buenos días. 5 minutos




Qué diferentes son cinco minutos junto a una persona y junto a otra. ¿Te has preguntado cómo serán cinco minutos a tu lado? ¿Y cómo serán junto a mí? me debo preguntar yo.

Buenos días.

El calendario musical de Bautista. 5/ 12/ 2014. Little Richard




Tal día como hoy de 1932 nació Little Richard

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jueves, 4 de diciembre de 2014

Buenas noches. Prudencia



La prudencia es el valor más importante que hay que poner en práctica cuando queremos tomar una decisión en la vida cotidiana. La prudencia es una gran fuente de calidad humana y de seguridad, entre otras ventajas vitales.

Ser prudente es saber elegir lo más razonable después de haber analizado suficientemente la cuestión de que se trate y de haber previsto las consecuencias que podrían tener las diversas opciones posibles.

La madurez humana pasa ineludiblemente por el ejercicio de la prudencia. El gran problema está en que no nacemos siendo prudentes, ni mucho menos. Tenemos que aprender a ser prudentes y eso sólo es posible conseguirlo de dos maneras. Una, estando muy atentos a nuestra propia experiencia para analizarla racionalmente y poder descubrir en ella los rasgos de la prudencia. Otra, preguntándole a las personas prudentes, a quienes han sabido alcanzar un grado de madurez suficiente como para indicarnos la mejor opción y para darnos los argumentos que justifiquen su opinión.

La prudencia es la base de una vida personal madura y de una vida social sana. Quizá la escasez de prudencia contribuya a explicar por qué en estos momentos estamos como estamos.

Buenas noches.

Buenos días. Jugar




No juguemos siempre para ganar. Hay veces que conviene jugar para que jueguen todos. 

Buenos días.

El calendario musical de Bautista. 4/ 12/ 2014. Frank Zappa




Tal día como hoy de 1993 murió Frank Zappa

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Buenas noches. El codazo


Fotografía de Tomi Osuna

Desde que se sentó, me pareció bastante impresentable. Es posible que estuviera nerviosa por lo que estaba viendo en el escenario: un cuerpo desnudo de mujer. Lo que para los demás eran sonrisas o incluso risas civilizadas, para ella era una risotada estentórea que se clavaba como un puñal en el ambiente que la actriz, Ester Bellver, intentaba crear en la sala haciendo magníficamente su trabajo.

Estaba sentada a mi izquierda. Al llegar, todos nos habíamos quitado los abrigos salvo ella, que llevaba su generosa corpulencia embutida en un plumas. Pronto sonó un teléfono móvil en la sala. Era el de mi vecina de localidad, que se dispuso a buscar el aparato entre los múltiples objetos necesarios que acarreaba en el bolso.
-¿Quién ha sido? -preguntó la actriz, con un gesto a medio camino entre el fastidio por la interrupción y una resignación teñida de sentido del humor.
-He sido yo. Disculpa. -contestó mi vecina.

Con mucha elegancia, la actriz le dedicó unas simpáticas y respetuosas palabras, sin acritud y sin perder los papeles, cuyo mensaje yo, que no tengo el arte exquisito que posee la actriz, hubiese expresado diciendo que por qué no se iba a hacer puñetas con el móvil, que si no entendía que no se puede interrumpir el trabajo de un profesional ni la atención de los espectadores, que en el teatro hay que apagar el móvil y que si no tenía la calidad humana suficiente como para acudir a los sitios públicos sin sentirse como si estuviera en su casa, que no fuera, coño.

La actriz, superada la interrupción, preguntó con mucha naturalidad que por dónde iba, en un alarde de buena comunicación con los espectadores. Le recordamos de qué estaba hablando y siguió, como si nada hubiese ocurrido.

El incidente le debió de producir algún sofoco a mi vecina de localidad porque, al poco tiempo, decidió quitarse el plumas. De nuevo se notó su presencia incordiosa intentando sacar los brazos del plumas y deslizándolo por debajo de su culo hasta que lo pudo depositar en su falda. Después, con la misma espontaneidad que había lucido antes, siguió con sus risotadas, vinieran a cuento o no.

En un momento de la obra, que proponía desde el humor frecuente una reflexión sobre la vida, la actriz hizo un comentario irónico sobre su propio cuerpo. Yo seguía el texto de la actriz y procuraba pensar con ella, pero mi reflexión fue interrumpida otra vez por el verbo potente e incontrolado de mi vecina que, con mucha soltura y en un volumen suficiente para que se oyera en toda la sala, sentenció:
-Anda, que estás cojonuda.

A mí el espectáculo me tenía secuestrado, por lo que yo estaba fuera de mi mundo y respiraba en ese otro que la actriz me estaba proponiendo. Quiero decir que en esos momentos no era del todo dueño de mis actos porque no vivía del todo en mí. Unos quizás digan que fue cosa de la divina providencia. Otros puede que le atribuyan la responsabilidad a la justicia universal. Habrá quien lo entienda como un desahogo impensado o como una explosión metafísica que se apoderó de mi mente y se materializó de repente en mi cuerpo. El caso es que, en cuanto acabó su comentario, le solté a mi más que cansina vecina, de manera automática, refleja, una especie de codazo en su orondo brazo. No fue algo agresivo ni demasiado potente. Más bien como una suave llamada de atención, como un toque inesperado que me había salido irreflexivamente de mis profundas entretelas y que encerraba un mensaje inequívoco:
-¡Cállate ya, joder, que ya está bien!

El efecto fue fulminante. No sé qué pensaría de mí -si es que pensó algo, cosa dudosa-, pero no la volví a oír en toda la función. Al final aplaudimos mucho, todo lo que nos pareció, hasta que la actriz nos dijo que ya estaba bien, que éramos unos exagerados. Yo me levanté y me fui. Luego, recordé el incidente y me puse a escribirlo antes de que se me olvidara. A pesar de mi vecina, la obra, ProtAgonizo, me pareció espléndida. Tienes más información de la función en este blog.

Ester Bellver figura en el reparto de la obra de Eugène Ionesco, Rinoceronte, una obra que creo que no hay que perderse y que mis antiguos alumnos recordarán, porque la citaba en clase. Se podrá ver en el Teatro María Guerrero, de Madrid, del 17 de diciembre de 2014 al 8 de febrero de 2015. Puedes ver más información sobre esta obra aquí.

Buenas noches.





Lo que veo cuando miro. Vicio




El gran vicio del ignorante es el de no preguntar y, en su lugar, emitir juicios muy firmes sobre aquello que ignora. 

Buenas tardes.

Buenos días. Lucha



Contra lo negativo hay que luchar, especialmente contra lo negativo que llevamos nosotros dentro. 

Buenos días.

El calendario musical de Bautista. 3/ 12/ 2014. Nino Rota




Tal día como hoy de 1911 nació Nino Rota

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martes, 2 de diciembre de 2014

Buenas noches. En mala hora




Te acostumbraron desde que naciste a creer que había milagros, que las situaciones difíciles te las arreglaban desde arriba. Sólo tenías que pedirlo mucho y hacerlo con convicción, pero sin que fueras tú quien cargaras ni con el peso de la situación ni con su arreglo. Un día te diste cuenta de que estos negocios eran una farsa, aunque tuvieran la enorme ventaja de que te tranquilizaban, de que te sumían en un estado secundario, en el que lo que sólo había que hacer era pedir, rezar, suplicar y esperar. Cuando un día descubres que estas solo, que nadie te va a arreglar tus problemas por mucho que lo pidas, cuando te das cuenta de que la vida es más cosa del conocimiento que de la fe, entonces el mundo y la vida se te caen encima y te convences de que tienes que remangarte y ponerte a trabajar si quieres conseguir algo; que si enfermas, es cuestión de que los médicos se pongan a curarte y que de poco vale que tú reces; que si tienes un problema con alguna persona, lo tienes que solucionar tú y que nadie desde no sé qué escondido lugar te va a echar una mano. Descubres que las creencias producen gente inmadura, débil, dependiente y de argumentos extraños. Si quieres crecer, tienes que ser tú, con tu trabajo y con tu sufrimiento, quien crezcas. Antes, cuando estabas nervioso o angustiado, ibas a la iglesia con la esperanza de salir de allí reconfortado, igual de inmaduro, pero más tranquilo. Ahora hemos aprendido que los médicos, la química y el deporte son capaces de hacer que tomes conciencia de tu situación y de que seas tú quien salga adelante. ¿Por qué nos acostumbraron desde pequeños a eso tan cómodo de los milagros para que luego se quedara en nada? En qué mala hora lo hicieron.

Buenas noches.