Obra de Guillermo Pérez Villalta
Es
fácil comprender que el año romano comenzaba el 1 de Marzo. Por eso
los meses se llamaban a partir del quinto Quintilis
(hoy Julio), el sexto Sextilis (hoy Agosto), el séptimo
SEPTEMBER, el octavo OCTOBER, el noveno
NOVEMBER, el décimo DECEMBER, y los dos
últimos meses, IANUARIUS (en portugués Janeiro
se parece más al original latino) y FEBRUARIUS, meses
que parecen añadidos a un primitivo año de diez meses, ya tenían
nombres propios al margen del número.
Así
se explica que el día sobrante de los años bisiestos se añada a
final del año, a fines de febrero.
Antes
de la reforma de Julio César que estuvo vigente hasta el siglo XVI,
en que el calendario gregoriano hizo pequeños retoques, febrero era
el vagón de cola al que se añadían los días sobrantes; por eso es
un mes peculiar, de duración variable. Ianuarius tenía
el nombre por el dios Jano, Februarius por las februa,
unas fiestas importantes; su origen sabino significa purificación.
Este festival de purificación estaba incorporado a las Lupercales,
antecedente de los Carnavales. Hemos heredado el concepto romano de
tachonar el año de fiestas como Carnaval, Semana Santa, Navidad...
MARTIUS,
Marzo, deriva de Marte, el dios de la guerra. En efecto era el primer
mes del año y el comienzo de las campañas militares.
APRILIS,
del que deriva Abril, es de origen dudoso, aunque tradicionalmente se
relaciona con aperire, abrir ¿Pero qué se abre, la
Naturaleza, las flores, el estado de ánimo (en el hemisferio Norte,
claro)? Pero podría ser de un término etrusco o derivar de
Afrodita.
MAIUS,
Mayo, podría derivar de la diosa Maya, la madre de Mercurio, diosa
de la fertilidad, o de otra diosa romana del mismo nombre, Maya, o de
maiores, los antepasados.
JUNIUS
estaba dedicado a Juno, la esposa de Júpiter.
A
la muerte de Julio César se le homenajeó con tal devoción que se
decidió cambiar el nombre de Quintilis por JULIUS,
mes de su nacimiento.
Otro
tanto se hizo a la muerte de Augusto con AUGUSTUS, que ya en
vida había añadido un día al mes de su nacimiento para no ser
menos, quitándolo de febrero, que se quedó con 28 definitivamente,
o 29.
MES,
del latín mensis, es de origen indoeuropeo,
relacionado con el nombre de la luna, en griego mene,
en inglés moon. Es el origen de menstruación,
menorragia, menopusia y menisco, este por su
forma de media luna.