jueves, 1 de marzo de 2012

Belleza




La belleza aparece en tu vida cuando quiere, ajena a la necesidad que puedas sentir de ella. Es potente y pertinaz para arrastrarnos, para secuestrarnos la voluntad y el contenido de nuestros pensamientos, pero es efímera como ella sola. Te reconforta, te hace amigo de la vida, te alegra la existencia mientras está presente, expulsa hacia el olvido toda la negatividad que llevas almacenada y que vas arrastrando por la existencia y puede que llegue hasta a instalarse en tu mente como una obsesión. En cualquiera de las variadas formas que tiene de manifestarse, es la aliada más perfecta del placer

En realidad, la belleza no existe. Sólo existen personas, cosas, situaciones o ideas que a unos les parecen bellas y a otros, no. Pero, para no existir, tiene un poderío temible y, a la vez, deseado.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Hay que vivir




No aspiro a grandes cosas en la vida. No quiero casi nada para mí. Varias veces me he quedado solo porque me han dejado así, abandonado, sin una palabra reconfortante, sin una mano en el hombro, sin una esperanza en la mirada y con la tristeza pudriendo la sonrisa. Algo se me debe de haber quedado. Hay momentos en los que aspiro a la soledad, a vivir en un refugio en el que, aunque la música no es interrumpida, no hay lazos, lo que hay es nada, la pura paz vacía. Y en una vida así veo demasiado cerca la muerte, de manera que vuelvo pronto a lo cotidiano, al ruido sofocando el sonido, a la variedad de reclamos que te impiden concentrarte. Son esos días en los que parece que no hay más remedio que vivir.

lunes, 27 de febrero de 2012

Todo muere



Todo se acaba. Todo desaparece. Todo muere. Lo viejo se muere. Lo que es contrario a la vida se muere. Lo que mata a los seres humanos acaba por caer. A todo y a todos le llega su momento. Pero siempre hay algo. Tras la muerte, surge de nuevo la vida.

Estaba pensando en la vieja e inhumana manera de ver la vida del PP, que morirá pronto y de repente, pero no sé si ya ha nacido la nueva vida.

sábado, 25 de febrero de 2012

Dar las gracias



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Dar las gracias es una forma de estar en la vida, una forma de vivir. Una gracia es un regalo, un don. Se suele usar sobre todo en un contexto religioso, pero no exclusivamente, porque también encontramos el término en el lenguaje común.

Una gracia es un regalo y cualquier cosa que uno vive, o que uno recibe, puede ser interpretada como un regalo. Por ejemplo, conocer a una persona puede ser un regalo de la vida, o descubrir un libro interesante, o, simplemente, que exista un bar en el que un camarero te sirva una cerveza, o que alguien ponga su foto en el blog para conocer algo más de la persona con la que dialoga, o que te muestren una sonrisa, o que te den un beso. Todo puede ser un regalo de la vida (Gracias a la vida, que me ha dado tanto... cantaba la gran Violeta Parra).

¿Qué significa, entonces, dar las gracias cuando a uno le regalan algo? Significa reconocer que lo que uno encuentra es realmente un regalo de la vida y, al mismo tiempo, desear al que te lo da que él encuentre también algún regalo en su vida, o muchos (muchas gracias). Es un reconocimiento mutuo.

Dar las gracias y vivir la vida como una gracia es intentar crear un mundo en donde haya, no la cortesía mecánica y vacía de las llamadas normas de educación, sino un estilo humano de vida en donde lo que se note sea la generosidad, la amabilidad, la disponibilidad, la poca chulería y todo lo que contribuye a crear una sociedad sana y deseable. Todo ello vivido sabiendo lo que uno hace y por qué lo hace.

En el mismo sentido cabe interpretar que una persona tenga gracia. Yo, por ejemplo, no la tengo. Yo tengo otras cosas, pero gracia, no. Yo puedo decir un texto, un chiste, por ejemplo, y dormir a cualquiera. Alguien con gracia puede decir lo mismo, pero añadiéndole algo más, un plus, un regalo que puede provocar la risa. Esa persona tiene gracia porque con el texto te regala algo más.

Así que muchas gracias por todo.


Marvin Gaye

viernes, 24 de febrero de 2012

¿No hay dinero?



No hay dinero. Lo dijo con mucha claridad la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, condesa de Murillo: "No tenemos un puto duro". Por eso recortan en educación, en sanidad, en prestaciones sociales... ,PERO NO EN PROPAGANDA. ¿Para esto sí hay dinero, señora presidenta? ¿No le da a usted vergüenza?

Los peligros de Wert




El ¡ministro! Wert tiene dos peligros. Uno, el que encierra en sí mismo, por sus ocurrencias, por el fruto de su desconocimiento de los temas que trata y por lo atrevido de sus planteamientos. No incluimos aquí el aire de absurda superioridad con el que habla, porque esto es sólo peligroso, en principio, para su imagen. El otro es que va camino de convertirse en el payaso del Gobierno, en el tipo que llama más la atención y que dice las cosas más atrevidas y más dolorosas. Y, en este sentido, puede ser manejado para crear cortinas de humo que oculten transitoriamente otras cosas que el Ejecutivo quiera colar a los ciudadanos, pero que no interese que estos las piensen mucho. Es un señor que al parecer no tiene demasiados conocimientos, ni demasiada humanidad ni demasiado sentido político ni ni demasiada idea de igualdad y respeto ni demasiados complejos ni demasiadas otras cosas convenientes, pero que encierra en sí demasiado peligro. Creo que habrá que escucharlo teniendo en cuenta siempre lo que ocurre a su alrededor.