Mentirosa o ignorante, Lucía Figar, todavía Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, dice que no sé cuántos cientos de profesores están dando voluntariamente asignaturas afines a las propias. Esto no es exactamente así, porque si el profesor al que le toca la impresentable tarea de dar afines se niega a firmar el papel que le da el director, en el que efectivamente dice que se presta voluntariamente a dar esas afines, si se niega, digo, lo mandan a otro instituto, vete a saber de dónde. Por tanto, de voluntario no hay nada en esta maniobra, de la que Figar, una vez más, dice sólo lo aparente, pero no la verdad.
Pero imaginemos que fuera verdad. ¿Te imaginas un Gobierno que permitiera que un profesor diera voluntariamente clases de lo que le diera la gana, sin tener ni idea de ello? ¿Qué dirías de un Gobierno así? Pues es lo que dice Figar que ocurre. Debería irse ya.
Y si no es verdad lo que dice porque ignora lo que ocurre, debería irse también, porque no se puede pagar a una ignorante para que maltrate a la población.