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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 25 de abril de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
Almas de destrucción masiva / 4 / Ratzinger 1
Hoy lo que tengo es una preocupación por los efectos psicológicos, sociales y políticos que la mentalidad religiosa tiene, en primer lugar, sobre el pensamiento y la acción de las personas (porque hay quienes actúan con el criterio fundamental del miedo -a Dios, al más allá y al más acá-, quienes son intolerantes en nombre de la religión y quienes supeditan el conocimiento racional y científico a las informaciones ajenas a la razón que les suministra la fe); en segundo lugar, sobre la posibilidad de desarrollar una vida social plena y libre (hay luchas absurdas y estériles por el contenido de la educación, por el uso de preservativos, por la igualdad de derechos entre todas las personas, tengan la orientación sexual que tengan, y hasta por las formas de vestir); y, por último, sobre las leyes que se generan para estructurar humanamente la sociedad (tenemos que soportar una ralentización del avance humano a través de leyes que cuesta trabajo sacar adelante y que afectan a temas como el aborto, la unión de homosexuales y a todo lo que en un breve tiempo termina siendo aceptado como normal, a pesar de la oposición pesada de los que viven en la sociedad con criterios fundamentalmente religiosos).
La religión podía ser un elemento amable que sirviera para ayudar a vivir mejor a las personas y a resolver algunos de los problemas que fueran apareciendo en la sociedad. Pero, lejos de esa situación, las religiones se están convirtiendo en una fuente de problemas, de luchas y de generación de dificultades que están acabando por hacer de ellas instrumentos discriminadores, reaccionarios, contrarios al progreso, inhumanos y, más propiamente, antihumanos.
Tiendo a pensar que esta actitud no es propia de una religión concreta, sea la que sea, sino más bien de cualquier religión, de la esencia de la religión en sí. Cada una lleva a cabo sus efectos sobre los individuos y sobre la sociedad a su manera, pero en todas ellas late, a mi juicio, ese elemento destructor de la vida humana, de la sociedad civil, de este mundo, en nombre de un hipotético nuevo mundo que todas ellas prometen.
A pesar de esta consideración negativa hacia el hecho religioso en general, no hay que perder de vista algunos personajes de algunas de las religiones particulares, que destacan por el daño concreto que están haciendo la humanidad al querer imponer en el mundo su ideología poco respetuosa y difícilmente compatible con una idea racional del ser humano. En este sentido, tenía yo interés desde hacía tiempo en analizar, siquiera brevemente, la figura del jefe de la Iglesia católica, el Papa Benedicto XVI, en su consideración civil, Joseph Alois Ratzinger, nacido en Baviera, Alemania, en 1927. Me resultaba difícil la empresa porque lo era la tarea de recopilar datos y analizarlos, pero recientemente el teólogo español Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III, de Madrid, ha realizado esta labor y lo ha hecho mucho mejor de lo que lo podría haber hecho yo. Puede encontrarse su trabajo, titulado El integrismo de Benedicto XVI, en el diario El País del 18 de abril de 2009.
Señala Tamayo que los inicios de la carrera eclesiástica de Ratzinger se caracterizaron por su diálogo con la modernidad y por su apoyo a los teólogos de la liberación, a alguno de los cuales llegó a pagarle de su propio bolsillo la realización de su tesis doctoral. De ahí, sin embargo, fue pasando paulatinamente a la postura opuesta, persiguiendo a los que antes había protegido e instalándose en una actitud contraria al diálogo con lo moderno, con lo racional, a la vez que ensayaba un proceso de escalada hacia las cimas del poder en la Iglesia.
Tres son las causas que han podido generar, a juicio de Tamayo, esta involución:
- Una concepción pesimista del ser humano, basada en el pensamiento de San Agustín.
- Su incomprensión de lo que supuso para la sociedad la revuelta estudiantil de mayo del 68.
- Su miedo a asumir las consecuencias que se preveían para la sociedad derivadas del Concilio Vaticano II.
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jueves, 23 de abril de 2009
Día del libro. ¿De qué libro?
¿Qué es un e-book? Es un dispositivo electrónico del tamaño aproximado de un libro convencional que, con unas tecnologías muy elaboradas, permiten leer un texto de una forma muy similar a como leemos un libro. Permiten también almacenar muchísimos libros, además de música, fotos y diccionarios, y, a medida que se va leyendo, como si de un libro de papel se tratase, se puede subrayar y hacer anotaciones en él si lo deseamos. Pero no sólo eso, que vendría a ser una mejora de las prestaciones de un libro convencional. El e-book puede contener un dispositivo mediante el cual el texto escrito se convierte en voz. Los modelos actuales parece que tienen ya una tecnología que no resulta pesada para los ojos, como puede suceder con los actuales ordenadores.
Varias marcas de fabricantes han lanzado ya al mercado diversos modelos de e-books. Por ejemplo, Sony fabrica el llamado E-reader, Amazon ha creado el Kindle y I-Rex ha hecho lo propio con el Digital Reader.
Algunas cifras, que tomamos del reportaje aparecido en El País Semanal del 5 de abril de 2009 titulado El libro del futuro ya está aquí, son bastante ilustrativas. Por ejemplo, del Kindle se han vendido ya 500.000 unidades, pero recientemente han presentado un nuevo modelo capaz de almacenar unos 1.500 libros, además de poder conectarse a Internet para leer lo que se desee. Actualmente, este e-book tiene acceso a más de 245.000 libros, a un precio de 8 euros cada ejemplar. El precio de estos dispositivos está en torno a los 300 o 400 euros, aunque Fujitsu anuncia la puesta en el mercado de un modelo casi al doble de precio. Se anuncia también la aparición de una especie de papel-lector, que se podrá enrollar como si se tratara de un periódico.
Todo esto parece indicar que un cambio se avecina. La coexistencia de ambos soportes, el tradicional y el electrónico, es probable que sea lo que se veamos en el futuro. De hecho, el descenso en la venta de libros convencionales a lo largo de 2008 ha sido de sólo un 5%, mientras que el incremento en las ventas de e-books en el mismo año fue del 69%.
Lo importante es leer.
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miércoles, 22 de abril de 2009
Rita Levi-Montalcini
"Es la parte instintiva, la que sirvió para hacer bajar al australopithecus del árbol y salvarle la vida. La tenemos poco desarrollada y es la zona a la que apelan los dictadores para que las masas les sigan. Todas las tragedias se apoyan siempre en ese hemisferio que desconfía del diferente."
Uno de sus grandes descubrimientos es el de que, en nuestro cerebro, uno de los hemisferios está menos desarrollado que el otro. Su explicación es como sigue:
“Sí, el cerebro límbico, el hemisferio derecho, no ha tenido un desarrollo somático ni funcional. Y, desgraciadamente, todavía hoy predomina sobre el otro. Todo lo que pasa en las grandes tragedias se debe al hecho de que este cerebro arcaico domina al de la verdadera razón. Por eso debemos estar alerta. Hoy puede ser el fin de la humanidad. En todas las grandes tragedias se camufla la inteligencia y el razonamiento con ese instinto de bajo nivel. Los regímenes totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin convencieron a las poblaciones con ese raciocinio, que es puro instinto y surge en el origen de la vida de los vertebrados, pero que no tiene que ver con el razonamiento. El peligro es que aquello que salvó al australopithecus cuando bajó del árbol siga predominando”.
Su actitud ante la vida la aprendió de sus padres:
“Lo más importante era comportarse de una manera razonable, saber lo que vale de
verdad. Tener un comportamiento riguroso y bueno, pero sin la idea del premio o el castigo. No existía la idea del cielo y el infierno. Éramos religiosos, pero la actitud ante la vida no tenía que ver con la religión. Existía el sentido del deber, pero sin compensación post mortem. Debíamos comportarnos bien, eso era una obligación. Entonces no se hablaba de genética, pero era ese espíritu. Sin premio ni miedo”.
No actuar por miedo ni buscando un premio o evitando un castigo. Actuar por hacer el bien, con sentido del deber. ¡Qué raro y, a la vez, qué admirable resulta esto hoy!
Rita Levi-Montalcini es laica, feminista, apoya la eutanasia y el testamento biológico y no le tiene miedo a la muerte porque entiende que morirse es lo natural.
No desea jubilarse. La jubilación -dice- está destruyendo cerebros porque la gente se jubila y se abandona y eso mata su cerebro y enferma.
Para que no decaiga la capacidad de pensar ni de vivir,
“la única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo”.
¿Está preparada?
“No hace falta. Morir es lógico.”“Lo importante es vivir con serenidad, y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho. Porque ése lleva a la tragedia y a la miseria. Y puede suponer la extinción de la especie humana.”
Junto con su colaboradora de hace muchísimos años, Giuseppina Tripodi, acaba de publicar un libro de memorias titulado La clepsidra de una vida, del que sólo conozco la versión italiana, pero aún no la española.
Hoy, 22 de abril de 2009, me inclino con respeto y con reconocimiento ante Rita Levi-Montalcini, un ser humano admirable, una persona de las pocas que me reconcilia con la vida, porque hoy cumple 100 años.
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martes, 21 de abril de 2009
Limpiando la mesa / 7 / John Berger
John Berger (Londres, 1926) es un escritor de los que piensan sobre la vida y luego dicen lo que piensan. Antes que escritor fue pintor y recibió clases de Henry Moore. Luego fue periodista, publicando críticas de arte en el Tribune que dirigía George Orwell. Su ensayo Modos de ver es un clásico de la historia del arte. Otras obras interesantes suyas son El sentido de la vista y King.
El pasado 3 de abril de 2009 lo entrevistaba Juan Cruz en El País. Resalto sólo una pregunta y su correspondiente respuesta.
¿Y cómo se prepara uno para tener esperanza?
Sentado ya ante el plato, escuchó la pregunta varias veces, y al fin se removió la cabellera y dijo:
"A ver si le vale esta receta: hay mucha gente en el norte privilegiado que se siente desesperanzada; sus condiciones de vida les han aislado; cada día saben menos sobre lo que deben compartir; han sido apartadas del disfrute de la naturaleza, no saben ni por qué las moscas vuelan... También les han convencido de que el pasado no existe. Eso les ha quitado la esperanza. Así que saque usted sus propias conclusiones sobre qué habría que hacer para recuperar las esperanzas perdidas". .
Primer plano de John Berger- MARCEL·LÍ SÀENZ