Vas con una pequeña idea del tema
sobre que va a tratar la función. Tienes ganas de verla. Comienza el
espectáculo y con él las sorpresas, la trama, la
belleza del texto y la interpretación de los actores. Todo
ello te resulta agradable y te sumerge en la obra. Se van sucediendo
momentos de alto interés que nos emocionan o nos hacen pensar. Nos
identificamos con actitudes o con personajes que aparecen en la
escena. Estamos disfrutando con la obra y llega demasiado pronto un
momento en el que baja el telón, aplaudimos y nos tenemos que ir del
teatro, aunque no queramos.
Así es también la vida.
Buenas noches.