Me lo decía una amiga muy querida: “No
nos han educado para aceptar que nos tenemos que morir”. Yo le
decía que tampoco nos han educado para vivir. Coincidíamos en que
todo el interés lo han puesto en ese supuesto más allá que nos
hace temer la muerte y despreciar esta vida. Y pensé yo luego que a
los más jóvenes no les hemos educado ni para el más acá ni para
el más allá, ni para la vida ni para la muerte. Menudo desastre.
Buenas noches.
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