martes, 4 de septiembre de 2012

Gobierno de España, cómplice




No pasa un día sin que este Gobierno de España haga, al menos, un disparate. Y, además, lo hace con un secretismo, una falta de información y una prepotencia que asustan.

Ayer, al parecer, llegó a un peculiar acuerdo con el Gobierno de Marruecos para expulsar a los inmigrantes que habían ocupado la Isla de Tierra. Nadie sabía las características de tal acuerdo. De madrugada, no sé si con alevosía, pero sí con nocturnidad, los inmigrantes fueron evacuados y la mayor parte de ellos, entregados a Marruecos. Cuentan las crónicas que, a renglón seguido, los gritos de angustia y de dolor de estos pobres hombres eran estremecedores. Alguna ONG informó que en estos casos, los soldados o policías marroquíes lo que hacen es moler a golpes a los inmigrantes hasta romperles los brazos, las piernas o la mandíbulas y abandonarlos luego en el desierto.

Este Gobierno de España, con todas sus encomendaciones a la Virgen del Rocío y al resto de Vírgenes sagradas, con su afán de gobernar como Dios manda, con el silencio asqueroso de su amada Iglesia Católica, con el desprecio por los seres humanos que es ya habitual en sus actuaciones y con la desfachatez de la que hace gala en todo aquello que hace, debería saber que este era el destino de los inmigrantes si los entregaba a Marruecos. Si no lo sabía, debería dimitir en pleno por exceso de ineptitud. Y si lo sabía, como parece más lógico, se convierte en cómplice de un trato brutal, cruel e inhumano, del que, como español, me avergüenzo.  

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