Hay quienes permanecen en el negocio como estilo de vida: te doy para que me des. Es una forma muy primitiva de vivir y produce escasa felicidad, pero muchos es lo único que conocen. Unos pocos han visto en la generosidad una manera distinta y más satisfactoria de vivir: te doy, aunque tú no me des. El número de estos es cada vez más escaso y están desmoralizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.