Viento de levante. Viento seco que seca el agua del mar para que salga uno sus frutos, la sal. Viento que seca también la mente y que impide que afloren ideas. Viento que se te mete en el alma y que termina en el cuerpo agotándolo, poniéndolo pesado, enfadándolo. Supe que se había ido el levante cuando me desperté pensando en algo que me pareció interesante y cuando, después de una levantera de silencio, me dijo que me quería. Viento seco, este jodido levante.
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