HAYA
Proviene
de fagus,
en realidad de su adjetivo, fagea,
de la expresión latina materia
fagea,
madera de haya.
En Italia aún hay algún hayedo,
pero en Grecia ni uno, y sin embargo tienen φάγος
(fagos), pero designa a otro árbol, un tipo de castaño. El nombre
del árbol, fagus,
se conservó en aragonés, fau
o favo,
y en el latinismo euskera pago.
El euskera no acepta la f
inicial, rasgo que, según Menéndez Pidal, influyó como adstrato en
el castellano inicial, que transforma normalmente la f
inicial en h;
ferrum
> hierro,
filium
> hijo,
fagea
> haya.
Gregorio Salvador ha sugerido que podría deberse a la pérdida de
los incisivos por gran parte de la población, por ejemplo por la
falta de flúor en el agua, lo que impediría realizar la f. Se han
hecho estudios de las aguas, y no... Pero es una hipótesis muy
pintoresca.
FRESNO
El
nombre proviene del latín fraxinus.
La raíz está presente en ruso y en sánscrito, pero para designar a
otros árboles. Su madera es dura pero elástica, perfecta para
arcos, mangos, bates y guitarras. Un insecto está poniendo en
peligro de extinción a miles de millones de fresnos
en Norteamérica.
TILO
La
palabra tilo
se crea en castellano a partir del francés til,
y esta a partir del latín tilia,
que cita Virgilio muchas veces. El origen es oscuro. Tiene un
paralelo en griego, πτελέα
(ptelea), pero este designa al olmo. Quizás sea un término del
fondo léxico mediterráneo, que latín y griego tomaron para
designar árboles diferentes. Sigfrido se bañaba en la sangre del
dragón y cayó sobre su espalda una hoja de tilo...,
recuerdo perfectamente cuando lo leía de niño, el libro y la
habitación en que lo leía.
TUYA
Es
un cultismo en castellano, o sea, que no ha aparecido por evolución
natural del latín hacia el castellano, sino introducida por cultos o
estudiosos de la Botánica. Se ha creado a partir del nombre griego
del árbol, θύα
(thya), relacionado con el verbo θύω
(thyo, quemar), aludiendo a la madera olorosa al quemarla, raíz que
se extendió a otros perfumes; tus
es incienso en latín. Era en Roma una madera de lujo.
BOJ
Entra
en castellano a partir del catalán boix,
y este desde el latín buxus.
Ya se utilizaba en Roma para tallar objetos pequeños como peines,
flautas... En griego era πύξος
(pyxos), y ambos términos, latino y griego proceden, de una lengua
de Asia Menor, área de la que también es originaria la planta.
TEJO
Del
latín taxus.
El fruto, y también las hojas, se han utilizado con fines suicidas
ya desde la época de César, que cita un episodio en la Guerra de
las Galias. En euskera es hagina,
el árbol de la muerte.
ARCE
Del
latín acer.
Como acacia,
acebo
y acanto,
deriva de la raíz -ak,
que expliqué hace unas semanas, la de aguja
y agudo.
Dicen que por sus hojas puntiagudas, y, según otros, porque sus
ramas son perfectas para fabricar lanzas. Si volvemos a la Edad
Media, ya os diré dónde hay algún arce.
ALERCE
Del
árabe al-arz,
que tomarían la palabra latina larix-laricem.
De la resina del alerce
se obtenía la trementina, un disolvente de pinturas, o sea, el
aguarrás natural. Es un árbol de montaña, casi todos los alerces
de la Península están en los Pirineos.