STEVIE WONDER (Michigan, USA) publica álbum nuevo desde 2005. Su música aparece cargada de ideología. Esto es música política. Y totalmente alineado en posturas antirracistas y abierto a las aportaciones musicales del hip hop.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
STEVIE WONDER (Michigan, USA) publica álbum nuevo desde 2005. Su música aparece cargada de ideología. Esto es música política. Y totalmente alineado en posturas antirracistas y abierto a las aportaciones musicales del hip hop.
Hoy a muerto, a los 91 años, el saxofonista y clarinetista de jazz Pedro Iturralde. Tienes más información aquí.
Incluimos aquí uno de los discos que más fama le dio, sobre todo en el extranjero, el titulado Jazz flamenco.
Hay que tener mucho cuidado con las equivocaciones. Solo se vive una vez y no siempre hay posibilidad de rectificar. Para evitarlas fuimos desarrollando el pensamiento, pero...
Nos hemos acostumbrado a juzgar en seguida a las personas, y a hacerlo fundamentalmente por su ideología, por las ideas políticas que defienden. Creo que seríamos más justos si nos fijáramos más bien en lo que hacen, porque puede que nuestros prejuicios nos den una visión demasiado falsa de la realidad. Lo que de verdad da importancia al comportamiento de una persona son sus gestos, sus acciones, sus detalles de generosidad. Conozco personas de diversas ideologías que hacen cosas en la vida de un valor y de una humanidad enormes, capaces de dar una parte importante de lo suyo en beneficio de los demás. Estoy seguro de que ellos saben lo que hacen y que están sensata y humildemente orgullosos de sí mismos, aunque no vayan por ahí pregonando sus proezas. Yo los admiro y los considero grandes.
30 de octubre de 2017
Los importantes van siempre en último lugar.
Quienes se creen importantes suelen llegar tarde.
29 de octubre de 2020
La avenida tenía dos calzadas, una en cada sentido, separadas por una acera. En cada uno de los bordes de las aceras había un semáforo con un botón que los peatones podían pulsar si querían cruzar la calle. En la acera contraria a la mía había un niño. No sé los años que tendría, pero vendría a medir un metro. Tenía cara de espabilado y llevaba unas gafas que dominaban su imagen.