Lo sepamos o no, tenemos cada cual
nuestro estilo, nuestro modo de estar en la vida. Ese estilo
manifiesta con más claridad de la que creemos nuestra manera de ser,
nuestros valores, nuestros problemas, nuestras carencias, nuestras
obsesiones. Nuestro estilo suele ser lo que queda en los demás de
nosotros mismos, porque es lo que con más fuerza aparece.
No se trata de cuidar nuestro estilo,
como quien cuida su peinado para aparecer de tal manera o quien
cambia de vestido para que resulte más presentable. Se trata de
cuidarnos nosotros mismos, de revisar nuestro sistema de valores, de
comprobar si la vida que vivimos es la más conveniente o la que nos
resulta más fácil o la más placentera.
Si quiero que cambie mi estilo, tendré
que cambiar yo.
Buenas noches.