Fue un hombre sabio. Todo lo que hizo
lo hizo bien. Quizás por eso fue criticado, especialmente cuando
todo lo que le dolía al PP tenía que ser criticado, aunque fuese
injusto. Fue un académico serio y un gestor universitario de altura.
Fue uno de los padres de la Constitución del 78 y eso, con
independencia de la ideología de cada uno de ellos, es un mérito
incontestable para todos. Fue un hombre bueno. Fue, y el recuerdo así
lo mantendrá, eso que hoy tanta gente, sin sentido y sin motivo
real, odia: un socialista. Como ciudadano, me siento agradecido su
aportación a la vida pública y a la sociedad española.
A propósito, oigo en Televisión a la
señora Cospedal hablar sobre la muerte de Peces Barba. Le muestra
sus condolencias a todo el mundo, menos a los socialistas. La
ordinariez, el déficit ético y la falta de sentido de lo humano se
nota más claramente en estos casos.