martes, 13 de diciembre de 2011

El rescate



Hay días en los que los pequeños detalles pierden la viveza de sus colores, en los que el futuro se queda plano y transparente y sólo queda un presente plomizo y espinoso en el que te ves sin el menor valor, sin el menor adorno, solo y desnudado. Son esos días sin esperanza, sin espera, en los que ni siquiera quieres ir a dormir y en los que, a lo sumo, te gustaría tener la suerte improbable de que una mano amiga y ajena a tu mundo viniera a rescatarte.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Ser cariñoso



Yo no quiero nada de nadie ni le pido nada a nadie. No quiero que nadie me dé nada. Lo único que quisiera es poder ser como soy. Y para mí es un valor ser cariñoso. La vida y lo que te pasa en ella te producen unos sentimientos y yo he aprendido que no es nada bueno dejarlos dentro de ti, en donde es posible que se tuerzan y, si acaso, hagan daño. Es mejor sacarlos fuera y, a ser posible, que se enteren los que te han producido esos sentimientos.

Pero la cosa no es tan fácil porque no todos -yo, el primero- hemos sido educados para convivir con la expresión de los sentimientos. Es como si hubiera una tendencia a malinterpretar, a sospechar del que te da cariño (¿qué querrá?), a reservar esas manifestaciones para el ámbito de la intimidad, eliminándolas de la vida cotidiana. Pero a mí me parece un signo de juventud vital, de frescura, de humanidad, de calidad de vida, de naturalidad, de creación de un mundo distinto y mejor.

Me emociona cuando una persona entiende la vida en clave cariñosa. Es como si se concentraran en ella las mejores cualidades humanas, la buena voluntad, el hacer algo por el otro, el dar cariño, el regalar sonrisas. Tengo amig@s que regalan abrazos fuertes, besos a miles y ambas cosas a la vez y me siento orgulloso de ell@s. Pero no todos son así y hay veces que o bien las circunstancias hacen que te encuentres con personas encerradas en su mundo y que no te tratan con cariño o bien rechazan el que tú intentas darles. Por lo menos a mí no me resulta demasiado fácil ser cariñoso.


domingo, 11 de diciembre de 2011

Sol radiante



El sol radiante es otro estado mental.

La naturaleza es la misma para todo el que la contempla, pero cada uno la ve de una manera.

No hay una única interpretación de la naturaleza.

Nacho Umbert

viernes, 9 de diciembre de 2011

No soy



Seco. Sin ideas. Con la mente en blanco. Sin ninguna ocurrencia. Con las puertas cerradas por dentro. Con lágrimas, pero sin ganas de llorar. Sin sonrisas y sin ganas de sonreir. Quieto. Marmolizado. Insensible. Sin imaginación. Sin historias. Sin futuro. Sin presente. Supongo que con pasado, pero sin ganas de mirarlo. Estoy, pero no soy.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Los niños con sus músicas




Lo malo de estos niños maleducados, que van con sus músicas a todo volumen por la calle, por el autobús o por donde les da la gana, no es sólo que molesten y que les dé igual hacerlo o no, sino que la música que oyen es muy mala, que se están acostumbrando a valorar sólo lo de mala calidad y que les gusta más el ruido que el buen sonido. La degradación a la que está llegando el ser humano se pone de manifiesto con mucha claridad en estos elementos de tan pobre personalidad. Aterra pensar qué va a ser de ellos el día de mañana. Y de nosotros.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tatuajes



Conozco a personas ilusionadísimas por hacerse un tatuaje y a personas fastidiadísimas porque se lo quieren quitar. Debe de ser emocionantísimo jugar con los tatuajes, pero no sé si en realidad merecerá la pena. Todo es efímero en la vida, pero especialmente las modas. Deberías pensarlo.

martes, 6 de diciembre de 2011




Puse el otro día en una red social lo siguiente:

"Si corriges en verde indicas, sugieres, propones... En rojo tachas, censuras. Lxs alumnxs se hunden con tanto rojo! "

Copio aquí los comentarios de Patricia del Amo y mía por si a alguien dedicado a la enseñanza le son útiles.

Patricia: Yo quiero decir que los doce cursos en que llevo siendo profe sumados a un año más en educación no formal, utilizo el color verde para corregir. Cuando los alumnos me entregan un texto, se lo devuelvo con anotaciones al margen siguiendo unas claves para que ellos se lo vayan corrigiendo en una hoja que tenemos para ello y de esa manera se fijen en lo que les he marcado. Para aquellos chavales que están aprendiendo a escribir o que arrastran graves problemas de lectoescritura porque escriben todo seguido sin utilizar signos de puntuación o no saben separar palabras o emplear las mayúsculas adecuadamente, además de los normales errores de grafías o tildes, no se les pueden marcar todas las faltas a la vez porque eso no sirve de nada. Yo voy eligiendo qué aspecto es el más importante a fomentar en ese alumno y es lo que le señalo para que se vaya fijando, lo vaya interiorizando y luego poco a poco les voy señalando otros aspectos. En fin, entregar un texto o un examen plagado de marcas rojas y tachaduras no sirve de nada porque la mayor parte de las veces los chavales ni lo miran. Siempre intento resaltar uno o dos aspectos positivos de lo que me presentan y detallarles aquello que pueden hacer para mejorar. Mis alumnos ya lo saben y esperan con ganas la devolución de sus escritos para ver lo que les he anotado. Y entre ellos se dicen "Eh, no escribas en verde que es el que utiliza la profe"

Manuel: Yo siempre corregí en verde. Tiene un valor simbólico y creo que ayuda a que el alumno no vea la corrección como un juicio, sino como una ayuda para que siga aprendiendo. Lo aprendí cuando corregía ejercicios de alumnos que seguían una enseñanza a distancia, que estudiaban solos y que esperaban la devolución de los ejercicios corregidos como agua de mayo. Yo veía que una compañera incrustaba unos tachones profundos, rojos y condenatorios en las actividades y me imaginaba cómo recibiría el alumno tales mensajes. Me parecía un disparate pedagógico y humano. Decidí entonces adoptar el verde y hacer correcciones constructivas, positivas, edificantes, que ayudaran al alumno en lugar de frenarlo y de contribuir a hundirlo, y que junto a sus errores, mostraran formas de superarlos y un reconocimiento a sus logros. J L Sampedro siempre dice que la enseñanza no es más que amor y provocación. La provocación no es más que descubrir el porqué del problema, para que el alumno tenga ganas de encontrar la solución y sea significativa para él. Pero sin el amor, la enseñanza no tiene sentido ni es útil. El amor también es verde.