viernes, 21 de octubre de 2011

Pedir perdón





He oído a Esperanza Aguirre quitar mezquinamente importancia al comunicado de ETA y decir que lo que tiene que hacer la banda es pedir perdón a las víctimas. No expresó ningún reconocimiento al adversario, como si su mente, siempre tan escasa de humanidad, no se lo permitiera.

Ocurre que cuando alguien quiere pedir perdón, lo pide. Obligarle a alguien a que pida perdón, cuando no sale de él espontáneamente hacerlo, es un sinsentido estúpido, propio de quien habla sin pensar y de quien trata a los ciudadanos de arriba a abajo. Pedirán perdón, si quieren hacerlo y si lo sienten. Si no, la exigencia de Aguirre parece más propia de la necesidad de venganza que de una justicia limpia. Y si no piden perdón, pues será un dato más que habrá que evaluar y que habrá que confrontar con la generosidad que expresen las víctimas.

En todo caso, Sra. Aguirre, si se pone usted en ese plan, no le extrañe que alguno de los afectados por sus recortes y por su pésima política educativa, le exija a usted también que pida perdón a todas las víctimas, sean alumnos, profesores, padres y ciudadanos. ¿O cree usted que ninguno de sus actos produce daños? Ya hablaremos de ellos algún día.

Shangaan Electro



jueves, 20 de octubre de 2011

Perros


Fíjate y verás que las esquinas de la ciudad, las bases de las señales de tráfico, los pies de los árboles están sucios y oscuros por los orines de los perros. Te encuentras por las aceras multitud de excrementos de perros con los que te resbalas o te manchas. ¿Por qué tantos perros en la ciudad? ¿Qué tipo de sociedad hemos hecho en la que hay tantos perros? ¿Cómo es que se necesitan los perros? ¿Qué tipo de personas tienen esos perros con tan pocos conocimientos de cómo tenerlos sin molestar a los demás?

Janelle Monáe



miércoles, 19 de octubre de 2011

Seguro de ti mismo




Cuanto más seguro estás de ti mismo, más antipático e impertinente te pones. Qué poco te importamos los demás. Sólo quieres tener el poder. Ni siquiera te importa tener razón o no.

Rocío Márquez

lunes, 17 de octubre de 2011

La llegada de los listos





Es posible que nos estemos olvidando de que elegimos a unos políticos para que gestionen bien la cosa pública, que es de todos y no sólo de ellos, con el fin de que todos podamos beneficiarnos de esa buena gestión.

Ocurre que cuando llegan al poder una serie de listos, que organizan la cosa pública según su propio interés o en el de los suyos o que incluso llegan a destrozar lo público para lograr con ello beneficios privados, no sé por qué extraño motivo no protestamos y los mantenemos años y años en el poder, haciéndonos daño y entregándoles estúpida y gratuitamente nuestro tiempo, nuestros dineros y nuestras vidas. Deben de ser, como siempre, cosas de la ignorancia.