lunes, 17 de mayo de 2010

Atención


La lucha de contrarios es una metáfora para intentar describir la vida sorteando su complejidad: el verano y el invierno, el día y la noche, el calor y el frío, pero, sobre todo, la vigilia y el sueño. En el sueño pierdes el control de tu mente y tu relación con el mundo cae en dominios ajenos a tu conciencia y a tu voluntad. En la vigilia estás consciente, pero ¿estás de verdad consciente?

La sociedad tiene múltiples mecanismos para intentar que estés en estado de vigilia, pero como adormecido, sin que te des mucha cuenta de lo que pasa de verdad. Hay chorros de anestesia transparente que, o llevas la mascarilla de la crítica puesta, o te la tragas sin querer. Miras la televisión y sólo te enteras de las apariencias más espectaculares, pero puede que tú te creas que has captado así la cruda realidad. Oyes a un tipo repetir machaconamente una mentira y es posible que termines creyendo que lo que habías oído durante tanto tiempo era la verdad. Paseas por una ciudad y ves los coches y los troncos de los árboles y observas de lejos los edificios y te vas convencido de que ya conoces la ciudad y de que es preciosa. Hemos perdido la capacidad y el gusto por la atención. Nos hemos acostumbrado a hacerlo todo de cualquier manera, en lugar de vivirlo cada vez más atentamente. Sólo así nos podremos introducir en la senda del placer.

Haz la prueba de pasear por cualquier calle que conozcas, pero prestando atención a lo que ves. Te darás cuenta de la belleza que has dejado pasar de largo tantas veces como has paseado por allí. Mira las azoteas, las copas de los árboles, las esquinas. Verás que hay otro mundo dentro de tu mundo.

Si quieres vivir, vive con atención. Si no, todo da igual y perderás el tiempo. Haz la prueba.


domingo, 16 de mayo de 2010

Enhorabuena


Enhorabuena al Barça. Ha sido, sin duda, el mejor.

Fútbol


Esta tarde acaba la Liga de fútbol y no sé si es el momento más oportuno para formular estas preguntas, pero es cuando se me han ocurrido.

¿A ti qué es lo que te gusta, el fútbol o que gane tu equipo? No tiene nada que ver una cosa con la otra.

El fútbol ¿une o separa?

El fútbol ¿es un deporte, un espectáculo, un negocio, el opio del pueblo o un poco de todo?

¿Por qué en el rugby al árbitro se le trata de señor y en el fútbol, de cualquier manera?

Por mi parte, que gane el mejor.

Y cantado por Serrat

Qué preciosa versión la de Serrat. Debió de ser emocionante.

sábado, 15 de mayo de 2010

Cambalache

Enrique Santos Discépolo, el filósofo del tango, fraguó hace ya tiempo una de las grandes creaciones del arte musical moderno: Cambalache. Con una visión muy aguda de la sociedad, mostró con crudeza la concepción perversa de la igualdad, la que mantenemos a nuestro lado todos los días sin que hagamos nada por evitarlo.

Te pongo aquí una preciosa versión de Eugenia León.


viernes, 14 de mayo de 2010

Flores negras

Hoy la justicia española se ha quitado la banda que le cubría los ojos. Hoy se le ve la cara y ha dejado de ser imparcial. Hoy ya no se puede creer en la justicia. Un vendaval de miedo ha entrado hoy en España. Hoy es un día tan triste como el de antesdeayer. Van saliendo de la tierra flores negras.

Con el juez Garzón

Garzón sale entre aplausos de la Audiencia


Educar


Tienes que educar a tu hijo para que sea un ciudadano demócrata, pero estamos viendo últimamente demasiados comportamientos incompatibles con la democracia y tu hijo corre el riesgo de que crea que son normales.

Recibir un informe oficial que no te gusta, pero que está lleno de pruebas, y reaccionar presentando una querella contra el autor del informe no es de demócratas.

Mentir y decir que el que miente es el contrincante no es de demócratas.

Perseguir con falsedades para hacer daño y sacar partido de ello no es de demócratas.

Ir en contra de los que quieren encontrar dónde están enterrados sus antepasados no es de demócratas.

Tergiversar la información desde los medios públicos para entontecer a los espectadores no es de demócratas.

Ejercer el cinismo y la desvergüenza como norma no es de demócratas.

Defender normas que van en contra de la legislación vigente no es de demócratas.

Hacer de tu hijo un ciudadano demócrata, tal como están las cosas, es muy difícil, pero, a la vez, muy sencillo: métele en la cabeza la idea de que todos somos iguales y que aprenda a juzgarlo todo con ese criterio.


jueves, 13 de mayo de 2010

Maneras de vivir


Hace un tiempo me fui una tarde con Y. a dar una vuelta por Madrid. Estuvimos por la calle de Fuencarral, llena de vitalidad y de colores, y terminamos en la calle de Pelayo, en Chueca. Cada vez me gusta más esta zona. Se respira libertad en ella, se vive con gozo la variedad, se palpa la igualdad y se siente uno metido en la civilización.

En la calle de Pelayo entramos en una especie de tasca sin pretensiones estéticas llamada Baco y Beto. He leído que muchos asiduos a ella prefieren que no se dé a conocer su existencia para que no se llene más de lo que se llena. Tomamos unas berenjenas, unas tostas de calabacín con cebolla caramelizada y un espectacular queso canario de El Hierro a la plancha, servido con una mermelada, que estaba realmente delicioso. El local es pequeño, con unas cuantas mesas con sillas, todas ellas diferentes, y un par de mesas altas que funcionan como diminutas barras. El espacio entre ellas es escaso y el que se siente en uno de los taburetes situados a su lado puede descansar la espalda en la pared. En esa misma pared hay unas perchas para colgar la ropa, pero, si lo haces, molestas a quien está sentado debajo. Eso fue lo que me hizo estar todo el rato con mi chaqueta doblada sobre las piernas, cosa que fue sólo un poquitín molesto.

De allí fuimos a dar un paseo, a practicar el fructífero deporte de mirar, y terminamos en el que sin duda es uno de los grandes bares de copas de Madrid, el Del Diego, en la calle de la Reina. Fernando del Diego, su propietario, trabajó 32 años con Perico Chicote y ahora es uno de los grandes artesanos del cocktail. Allí he descubierto marcas que desconocía y que me han resultado muy gratificantes, como el whysky Canadian Club o la ginebra Blackwood, escocesa y de enorme sabor. Nos situamos para tomar unos espléndidos gin tonics en la zona de la barra más cercana a una pared, en la que había también, como en Baco y Beto, unas perchas para colgar la ropa. En un momento dado se acercó una joven, que antes, con mucho desparpajo, había logrado introducirse en 20 centímetros de barra que había libre, hasta desplazar al que estaba allí tomándose su copa, y colgó su chaqueta en una de las perchas, justo en la que estaba sobre la cabeza de Y., de forma que la prenda le caía desagradablemente encima. Le dijimos que aquello molestaba, a lo que nos respondió con bastante sequedad que las perchas estaban para colgar la ropa. Y se fue y, como si no pasase nada, siguió a lo suyo.

Tengo la impresión que hay perchas que están para que determinadas personas cuelguen su molesta ética.