Tienes que educar a tu hijo para que sea un ciudadano demócrata, pero estamos viendo últimamente demasiados comportamientos incompatibles con la democracia y tu hijo corre el riesgo de que crea que son normales.
Recibir un informe oficial que no te gusta, pero que está lleno de pruebas, y reaccionar presentando una querella contra el autor del informe no es de demócratas.
Mentir y decir que el que miente es el contrincante no es de demócratas.
Perseguir con falsedades para hacer daño y sacar partido de ello no es de demócratas.
Ir en contra de los que quieren encontrar dónde están enterrados sus antepasados no es de demócratas.
Tergiversar la información desde los medios públicos para entontecer a los espectadores no es de demócratas.
Ejercer el cinismo y la desvergüenza como norma no es de demócratas.
Defender normas que van en contra de la legislación vigente no es de demócratas.
Hacer de tu hijo un ciudadano demócrata, tal como están las cosas, es muy difícil, pero, a la vez, muy sencillo: métele en la cabeza la idea de que todos somos iguales y que aprenda a juzgarlo todo con ese criterio.
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