miércoles, 15 de abril de 2009

1609: España quería ser la campeona del mundo en cristianismo.

El 9 de abril de 1609, hace justamente 400 años, Felipe III tomó la determinación de expulsar de España a 300.000 moriscos. El profesor Manuel Peña Díaz, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba y director de la revista Andalucía en la Historia, explica en la edición andaluza de El País del 10 de abril que con tal medida el rey lo que quería dejar claro era que los españoles eran tan católicos que eran capaces de expulsar del país al 4,30 % de la población. La excusa era que había peligro de que se aliasen con los otomanos o con los berberiscos del norte de África. Pero parece que la causa la real fue el fracaso de la Iglesia al no poder convertirlos totalmente.


Los moriscos eran los cristianos nuevos, es decir, musulmanes que se habían convertido al cristianismo. Tal conversión, sin embargo, no parecía muy convincente a los ojos cristianos. El profesor Peña comenta que



"Una de las formas que los cristianos tenían de detectar a los moriscos era por la higiene. Los acusaban de que se lavaban una vez a la semana, los viernes, y que incluso lo hacían en diciembre; frente a los cristianos que huían el baño. Parece ser que el tiempo le ha dado la razón a los moriscos y que sus costumbres son ahora las nuestras. Ellos cocinaban con aceite de oliva, mientras que los cristianos lo hacían con tocino; comían muchas frutas y verduras, usaban perfumes y vestían ropas de colores vivos".

Añade también el historiador que el origen del cante flamenco podría estar en estos moriscos que, para evitar su éxodo, se unieron a los gitanos nómadas llevando consigo sus cantes y sus bailes.


Hay que conocer la historia, aunque sólo sea porque estos afanes exclusivistas e identitarios hay gente que los lleva dentro. Y conviene que no salgan.


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martes, 14 de abril de 2009

Por qué conviene escribir bien


En un diario de Jerez apareció dias atrás una noticia cuyo titular era muy espectacular. La formaba un periodista llamado Germán Fonteseca, pero no sabemos si el titular lo puso él mismo o se lo pusieron en la redacción. El caso es que el producto resultante debe de estar haciendo las delicias de los creacionistas y, en general, de todos los que se empeñan en no aceptar el evolucionismo de Darwin.


Todo viene de que en el Zoo de Jerez quieren hacer un espectáculo teatral para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Darwin. Pero el redactor del titular debió de faltar a clase el día que contaron que conviene poner los complementos más bien cerca del referente porque, si se ponen lejos, pueden dar lugar a afirmaciones tan raras como las que aparecían en dicho diario.


Dicho lo cual, puedes ver la noticia aquí.
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Egopatías / 13

Se le ponía delante un espejo para que se viera cómo era, pero no se reconocía.




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lunes, 13 de abril de 2009

Egopatías / 12

Cuanto más contundentes y absolutas eran sus afirmaciones, más crecía la sospecha de que no tenía ni idea de lo que estaba hablando.



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domingo, 12 de abril de 2009

Egopatías / 11


Cuando se le hace una pregunta, nunca la responde, sino que suelta un discurso enorme sobre todo lo que hay alrededor. Pretende así que el que pregunta no sepa lo que sabe él, y que quede en cierto modo anulado. Cree que así manda él. Pero no tiene sentido del ridículo.

viernes, 10 de abril de 2009

¿En qué consiste actuar como un ser humano? / 21



Hay una interesante discusión en el blog karisma.les sobre ciertas actitudes de homofobia que se han dado en una charla celebrada en la Universidad de Alicante.

Como sabes, la homofobia es el rechazo a las personas homosexuales a causa precisamente de su homosexualidad.

No sé por qué, después de escribir esta invitación a que acudas a esta página y a que pienses sobre lo que significa ser persona y sobre cómo debe ser nuestra relación con los otros seres humanos, me viene a la cabeza algo así como que puede que digas que ese no es tu problema o que a ti qué mas te dan los homosexuales, si tú no lo eres.

Esto me recuerda un poema atribuido a Bertold Brecht, pero que en realidad es de un pastor luterano alemán llamado Martin Niemöller. Hay muchas versiones de este poema. Parece que inicialmente se titulaba "Cuando los nazis vinieron..." y decía así:


Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
El poema es muy bello e invita a una solidaridad con los perseguidos. Pero a mí me huele un poco como a un cierto negocio, a algo así como si se esperara que los otros nos correspondieran por lo que hayamos podido hacer por ellos. Y ese matiz no me acaba de convencer.

Me gustaría más un mundo en el que lo que se diera fuera esto:

Cuando vinieron a buscar a los comunistas,
no guardé silencio,
aunque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
no guardé silencio,
aunque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
protesté,
aunque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,
protesté,
aunque yo no soy judío.

Cuando vengan a buscarme,
no le pediré que protesten
ni al comunista,
ni al socialdemócrata,
ni al sindicalista,
ni al judío.

Pero creo que si algún ser humano
lo encuentra injusto,
protestará.

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jueves, 9 de abril de 2009

Francia / 6

El agua en Dax es sumamente importante. Además de las termas, en las afueras hay un enorme y precioso lago, alrededor del cual se puede pasear disfrutando de unas vistas muy relajantes.









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miércoles, 8 de abril de 2009

Egopatías / 10



No tenía ninguna gracia, pero tenía que hacerse el gracioso siempre, incluso con los temas más delicados.

martes, 7 de abril de 2009

Egopatías / 9



Lo que él decía creía que tenía un inmenso interés para los demás, pero lo que decían los demás no tenía nunca ningún interés para él.