Un importante crítico español de
teatro ha dicho que el veterano actor Angel Pavlovski está haciendo
un show íntimo “ajeno al ventarrón que sopla afuera”. Es la
gran tentación, el posible refugio, la huida hacia adentro. ¿Qué
hay ahí fuera? No es cierto que reine la nada, porque algo hay, pero
sí el vacío. La desracionalización del ser humano crece
potentemente. Han desaparecido, como extraños migrantes que huyen de
la vida, la sensibilidad, la elegancia, la cultura, la buena
educación, la empatía y la ética. En cambio, muchos se vuelcan
irresistiblemente en la bastez, en lo efímero, en la ignorancia
suicida o en la adopción ciega de las novedades, aunque ello suponga
un regreso a la irracionalidad. Ese “viento huracanado”, que
arrastra ahí fuera la vida hacia el desierto, crece y crece sin
parar. El exilio interior es la gran tentación. Y, sin embargo, hay
que resistir.
Buenas noches.
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