Tal día como hoy de 1905 nació Elías Canetti, autor de Masa y poder.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Yo creo que han intentado que la gente trague un relato, un cuento, como lo único verdadero. Es una mentira interesada que intentan pasar como verdad. Ese relato consta de palabras, mentiras, inventos interesados, bulos, insultos de mal gusto, encuestas infladas, telediarios y mucha insistencia, todo ello adobado con los Principios de Goebbels ya explicados aquí. Con esto forman un cuento que la gente que vive del odio, de la codicia y que es poco dada a la reflexión y al entendimiento racional de la realidad, se hace un tatuaje en el alma y se creen que solo eso es lo que hay. Para muchos, este relato es contraproducente, pero el problema es que se lo creen, y los asuntos de fe son muy difíciles de quitar de ciertas mentes.
¿Por qué tienen que hacer este relato? Porque mucho de lo que defienden es impresentable: va contra un buen número de los votantes anestesiados con el relato, va contra los derechos humanos, va contra las personas, y se trata de que no se despierten y de que voten bajo los efectos del cuento.
Dentro del relato circulante hay un invento con el que nos reventarán los oídos ahora. Creen, porque les interesa, que deben gobernar ellos por ser la lista más votada. Esto no lo han aplicado cuando no les ha interesado, pero ahora sí les interesa y ya están dando la matraca. Pero lo que defienden no lo dice la Constitución (ya se sabe que el cumplimiento de las leyes no es su fuerte). Esto es una democracia parlamentaria. No elegimos a un presidente, sino a unos parlamentarios. Estos se pondrán de acuerdo para poder gobernar, y lo hará el primero de la lista más votada u otro de la lista que acuerden. De esto se trata. Lo que defienden ahora -porque no les queda otra y no les importa que sea ilegal- es propio de regímenes presidencialistas o dictatoriales, pero no de una democracia parlamentaria. Pero estos señores y señoras son duros de mollera, parcos en moral y blandos de intereses, por lo que seguirán dando la tabarra con lo de la lista más votada.
Es ridículo, impropio de un presidenciable, ver a un señor insistir por balcones, micrófonos y cámaras recitando la parte del relato inventado que dice: “Quiero ser presidente, ea, ea, ea”.
Estoy discretamente feliz y muy esperanzado en que se pueda reeditar un gobierno de coalición de progreso en España.
Me parece de mal gusto que unas encuestas claramente manipuladas -lo ha dicho Abascal, y lo habrá dicho por algo- hayan hecho aparecer a un personaje grotesco, mentiroso y vacío de humanidad, como el Sr. Feijóo, y que nos hayan producido a los demás más ansiedad de la debida. Debemos aprender a gestionar los datos que ofrecen los medios de derechas, a no ver los informativos de televisión y a no alarmarnos antes de tiempo.
Al Sr. Feijóo no le puedo felicitar más que fría y protocolariamente, si es necesario, porque, como ha dicho en el discursito absurdo que ha dado desde la calle Génova, lo que le preocupa es que en España se pueda invertir bien, cosa que seguro que no le deja dormir, sobre todo, a los más necesitados.
Me preocupa que más de ocho millones de personas hayan intentado que este personaje incapaz nos gobierne a todos. Me preocupa que esas mismas personas se hayan creído las mentiras que este personaje pregonaba, que se hayan tragado felices los bulos malintencionados que emitían, que no hayan tenido la sensibilidad necesaria para preservar una sociedad humana y democrática. Creo que hay que cuidar la educación y la cultura de todos, porque el peligro sigue estando ahí.
Por último, quiero dar las gracias al presidente Sánchez y a su Gobierno por la labor que han hecho estos años, felicitarle por los resultados obtenidos y desear, por el bien de todos, de todos, los ciudadanos, que puedan seguir gobernando, al menos, cuatro años más.
No estoy en situación de escribir demasiado, pero, dado que este domingo hay elecciones y que considero un deber moral ir a votar de la manera más consciente posible, me gustaría dejar aquí mi punto de vista, simplemente por si leerlo le sirve a alguna persona.
Para mí es incomprensible que, con los avances económicos, sociales y políticos que han tenido lugar en el país durante la última legislatura, muchos ciudadanos quieran darse un tiro en el pie y prefieran retroceder hacia peores condiciones económicas, sociales y políticas. No sé qué sentimientos -o qué mentiras- les habrán metido en la cabeza para que deseen votar con tanta furia contra sí mismos. Salvo los muy ricos y los fascistas, todos los demás saldremos perdiendo -los que voten a las derechas, los que lo hagan a las izquierdas y los que no voten o emitan un voto nulo- si ganan las derechas.
Yo quiero un país en el que todos los ciudadanos puedan tener unas condiciones económicas y sociales mejores, especialmente quienes más lo necesitan. Que las condiciones laborales mejoren, que los sueldos vayan subiendo, así como las pensiones, pero no un 0,25 %, sino lo que sea necesario para que no se pierda valor adquisitivo. Desearía un país en el que la sanidad y la educación estuvieran al servicio de todos los ciudadanos, y no fueran consideradas básicamente como negocios. Me gustaría mucho que todos entendiéramos la necesidad de pagar unos impuestos justos, especialmente quienes más tienen, con los que poder hacer una sociedad más justa y equitativa. Quisiera un país en el que se fomentaran las artes, no que se prohibieran sus manifestaciones, que la cultura se fuera haciendo más humana y no más cavernícola. Sería muy gozoso un país en el que las mentiras, la ignorancia y las burdas manipulaciones estuvieran mal vistas, y que todos aspiráramos a ser veraces, a salir de la ignorancia mortecina, a convertirnos en seres maduros con criterio, a defender las libertades, las igualdades y la justicia, o sea, la democracia. Exigiría a todos los ciudadanos, a los que ganen y a los que pierdan, que nos respetemos todos, pero que especialmente respetemos a las mujeres, contra las que se están realizando tantos crímenes: el crimen de maltratarlas, el crimen de explotarlas, el crimen de querer negar la existencia realísima de la violencia de género, el crimen de asesinarlas y ni siquiera condenar esos asesinatos, el crimen de negarles sus derechos como seres humanos que son. Quisiera también que dejaran vivir a quienes tienen identidades de género distintas de las tradicionales. Nadie es quien para no dejar vivir a cada cual como quiera, con tal de que no haga daño a los demás. Y que no nos olvidáramos de los migrantes, de las personas que más dificultades vitales tienen para poder vivir como personas, de todos los que son diferentes de los poderosos o de quienes quieren detentar el poder, sin explicar muy bien para qué.
Un país bueno, que aspire a ser mejor, lo tenemos que construir entre todos y para todos. Por eso les digo a quienes lean esto, con toda la sencillez y la humildad que puedo tener, que piensen en los demás, no solo en sí mismos, que voten el mundo que crean que es mejor, pero que no se queden en casa, porque eso sería responsabilizarse de una posible situación contra la que no han hecho nada. Este domingo hay que defender lo más importante de todo lo que tenemos: nuestros derechos y los de todos. Hazlo, por favor, aunque solo sea por que no te tomen el pelo. Gracias.
Tal día como hoy de 1945 murió Paul Valéry, autor de El cementerio marino.
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