El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 17 de julio de 2020
A lo suyo
Yo ya hubiese prescindido de ellos, pero desgraciadamente tengo que lidiar con personas muy individualistas, que van obsesivamente a lo suyo, a quienes no les importa en absoluto la salud de los demás, que desconocen profundamente las leyes, que no entienden lo que leen, si es que lo leen, y que no cumplen una norma ni por equivocación. En lugar de razonar, de usar la prudencia, de tener un mínimo de cuidado por los demás y de poner un poco de empeño en leerse las normas procurando entenderlas, solo usan dos procedimientos que los retratan: no dejan hablar a quienes opinan de forma contraria, y cuando oyen lo que no han hecho bien, en lugar de admitirlo noblemente, acusan a quienes se lo dicen con el “Y tú, más”. No hay quien los saque de ahí. No hacen más que barbaridades e imprudencias. Y lo que les interesa, claro. Van a lo suyo con todo el descaro.
Dicho en el pasado. Sé tú
17 de julio de 2017
No seas nada.
No seas como todos.
No seas sin que se sepa cómo eres.
No seas según el viento que sople.
No seas como te convenga más por tus intereses.
Sé tú.
jueves, 16 de julio de 2020
Los dos mundos
Los vivo muy de cerca, con intensidad, con un punto grande de tragedia.
Uno es el mundo de la prudencia, esa virtud tan cara, cada vez más rara, cada día más difícil.
Otro es el mundo de la barbarie, tan fácil, tan aparente, al parecer tan apetecible, tan triunfante.
Entre ellos, muchas personas ajenas a esta guerra.
Unos pocos, no creo que muchos, sufriendo.
Los jueves, músicas nuevas. Nirvana
Esto no es una canción de NIRVANA. Esto lo ha compuesto una máquina. Un youtuber ha introducido todas las canciones de Nirvana en un computador, y, mediante algoritmos predictivos, esto es la esencia del grunge, esto "es lo que viene a ser siendo el tema de lo que es" un refrito de todos los temas de aquel grupo originario del estado de Washington, USA. Patético.
miércoles, 15 de julio de 2020
Dicho en el pasado. Debajo
15 de julio de 2013
Por muy poca belleza física que tenga la cara de una persona, cuando en su mente hay algo de valor, aunque sea sólo algo de inocencia, siempre aparecerá ese pequeño gesto, ese esbozo de atractivo, ese síntoma de humanidad que nos hace descubrir la belleza por debajo de las apariencias. Buenas noches.
martes, 14 de julio de 2020
El viejo
Llegó el viejo con su cargamento de certezas absolutas, de verdades definitivas, de afirmaciones inapelables. Ni una sola duda nublaba el firmamento limpio de sus ideas fijas. Había llegado a la cima del conocimiento y el convencimiento firme había logrado que sus palabras fueran siempre acompañadas de una media sonrisa de superioridad y de una seguridad propia solo de los que se creen elegidos por la sabiduría. No escuchaba. No necesitaba escuchar. No le interesaba lo que decían los demás, porque toda la sabiduría estaba ya depositada en él. Era una sabiduría rebosante la que creía albergar en su mente. Si alguien osaba relatar alguna historia, pronto era interrumpido por el viejo para indicar que eso que oía era como lo que él había vivido en alguna ocasión, o que tenía un relato más interesante que el que comenzaba a expresarse o que la explicación sobre el imaginario problema que creía oír era la que él tenía. Era imposible expresar algo que tuviera más de diez palabras estando él presente. Nunca decía nada con la suficiente entidad como para truncar el discurso del otro, pero lo truncaba. Siempre tenía razón. Siempre creía tener razón. Nunca los demás habían llegado a las cimas de conocimiento que él había alcanzado.
Cualquier objeción, por muy argumentada que estuviera, la convertía en una ocasión para volver a expresar sus ideas definitivas. Era frecuente que los demás no estuvieran contando fielmente el relato que habían iniciado, lo cual era un motivo ineludible para que lo hiciera él con toda perfección. El viejo ni escuchaba ni dejaba hablar, ni aprendía ni enseñaba nada, ni expresaba nada interesante ni permitía que alguien dijera algo atractivo. Era parecido a un cuchillo que ya no corta ni aunque se afile, a una flor que ya perdió su lozanía, al cuadro sin calidad que el autor quiere mostrar como magnífico, a la nada cubierta por envoltorios llamativos, pero sin valor.
El viejo no tenía mucha edad, pero es que con los muchos años lo que aparece es la ancianidad. La vejez, en cambio, es un estado mental en el que se paran las máquinas, en el que alguien cree que ha llegado al culmen de su desarrollo, en el que la búsqueda deja paso a la repetición, en el que el cambio deja paso a lo inmóvil, en el que la evolución deja de tener sentido y la aspiración se limita a la conservación, en el que el otro se reduce a una excusa para mostrarse a sí mismo. La vejez puede llegar a cualquier edad. Se puede ser anciano y, a la vez, no ser viejo. Se puede ser viejo sin llegar a ser anciano. Al viejo se le ha muerto la mente antes de tiempo y ahora espera sin deseo que se le muera el cuerpo.
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