Como no estemos atentos, la velocidad, que domina ampliamente el espacio social, se nos va a meter en la vida y vamos a comenzar a comer rápidamente, a andar con prisas, a pensar con demasiada ligereza, a creer que con tres palabras que oigamos ya hemos entendido todo el mensaje, a no gozar de lo que vemos, ni de lo que oímos, a vivir corriendo, a desear que venga pronto el finde o el verano o el invierno y a no tener la calma suficiente como para que la vida sea una experiencia verdaderamente humana. La palabra ‘despacio’ está cayendo en desuso.
Buenas noches.