jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo que se ve. Pesadilla




Después de andar un poco y de olvidarnos de que la vida a veces te da sorpresas y te pone delante incertidumbres bravas, nos metimos en un buen bar a tomarnos unos quesos variados con un estupendo vino del Bierzo. Los quesos eran pocos, pero sustanciosos, así que su digestión resultó algo lenta y la noche se vio adornada con una pesadilla quesera de aúpa.

Por lo que recuerdo del sueño, yo estaba en el tendido de una plaza de toros. Las gradas eran bastante verticales, así que lo que ocurría justamente debajo de donde yo estaba se veía a duras penas o, a veces, no se veía. No sé si yo estaba en la grada solo o acompañado. El torero era un joven muy dispuesto, pero del toro no recuerdo nada. Incluso diría que posiblemente no había toro. Recuerdo que el torero parecía tener una necesidad enorme de quedar como un héroe, cosa que intentaba lograr haciéndose daño. A través de lo poco que yo apreciaba, veía saltar, levantando sus patas delanteras, al caballo del picador. De vez en cuando, el torero parecía abalanzarse sobre el caballo y ambos daban saltos por el aire, cayendo el torero al suelo desde mucha altura y haciéndose un daño considerable. El diestro parecía más feliz cuanto más daño se hacía, porque entendía el triunfo como un derramamiento de sangre propia. Cuando acabó su faena, o su danza macabra sobre el ruedo, no podía andar. Se acercó arrastrándose a una puerta de salida y allí vomitó una mezcla de líquido blanco y algo que parecía sangre. Esta extraña mezcla salía de su boca ordenadamente y se depositaba en el suelo como lo hacían las tiras de papel continuo de las impresoras antiguas, en sucesivos pliegues, cada uno reposando sobre el anterior. En un momento, el torero giró la cabeza y se le pudieron ver los ojos, casi salidos de sus órbitas, la cara hinchada y una expresión de superioridad en su boca, que quería esbozar, casi sin conseguirlo, una sonrisa.

En ese momento me desperté y tuve la sensación de haber estado contemplando un espectáculo masoquista.

Amor / 1



Las emociones son más fuertes que los sentimientos. 

El amor es una emoción, pero no sólo es eso.

Buenos días. Quiérete



No hay nada más importante en la vida que el amor, pero lo primero es que te ames tú, que te quieras. Tienes que quererte mucho, tienes que cuidarte, tienes que tratarte bien, tienes que estar en forma, tienes que estar en las mejores condiciones posibles para poder quererme a mí y a los demás como tú sabes querer. No esperes que te quiera nadie, que ya te querrán si te quieren. Eres tú quien tienes que querer, pero empezando por ti.

El calendario de Bautista.13/12/2012. Vicente Aleixandre




Tal día como hoy de 1984 murió Vicente Aleixandre. Tienes más información aquí.



Sol o tormenta


Hay días en los que no se sabe si va a salir el sol o va a seguir la tormenta. Son días de incertidumbre, de posibilidades, de imaginaciones calenturientas, de divagaciones sin fundamento. Casi todos estos días, termina saliendo el sol y casi siempre tienes la fortuna de sentirte acompañado, comprendido, animado, confortado, querido. ¡Cómo me gustaría que, si pasáis por una de estas situaciones, os sintierais así! Un sentimiento de agradecimiento me llega hasta el borde de los ojos. Una sensación de tener suerte por los amigos y amigas que tengo me llena el alma y me rebosa. Todo es bueno hoy, aunque no todo haya sido bueno. Hoy os va a caer un chaparrón de mucho cuidado encima. Nada de sirimiris ni de calabobos ni de medias tintas. Hoy os va a llover cariño a cántaros. Buenas noches.

miércoles, 12 de diciembre de 2012