Hacen falta pocas cosas para estar a gusto. Al menos, es lo que me ocurre a mí. Pero, además, de las cosas, es necesaria una actitud mental que invite a la relajación, al sosiego, a la tranquilidad. Esto es lo que me resulta más difícil de conseguir. O cierro los ojos y me refugio en un mundo inexistente, o intento olvidar las injusticias, las estupideces, la cantidad de gilipollas que ves a lo largo del día y toda la mierda cotidiana. Es verdad que a lo largo del día hay vivencias muy placenteras y de mucha calidad, pero siempre hay un trasfondo de podredumbre que termina aflorando. Tengo que descansar. A ver si hay suerte. Ojalá tú y yo podamos concentrarnos en lo agradable de la vida y poder esbozar una sonrisa antes de dormir. Buenas noches. Besos y abrazos.
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