Cuando Zapatero se dirigía a las
personas a las que gobernaba, los trataba de ciudadanos, esto es como
miembros de la ciudad, como seres sociales con derechos individuales
y colectivos. Cuando Rajoy les habla a estos ciudadanos, los reduce a
la condición de españoles lo cual, con independencia del posible
tinte xenófobo que pueda tener su discurso al excluir a los no
españoles, considera a sus oyentes como meros habitantes de una zona
geográfica. Montoro, por su parte, en ese tono desabrido y vulgar en
el que se suele expresar, se limita a hablar de la gente, de lo que
hay que decirle a la gente y lo que tiene que saber la gente. Lo
mismo hacía esta mañana una representante del PP que hablaba en la
SER como si estuviera en posesión de toda la verdad.
Creo que en este detalle se ve claro
que no todos tienen la misma idea de respeto a los ciudadanos y creo
también que con un poco de sensibilidad se puede intuir la idea que
cada uno de ellos tiene en la cabeza de lo que eres tú y de lo que
soy yo.
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