Hay besos que te dan amor y besos que
te roban el placer. Hay abrazos que te entregan un cuerpo y abrazos
que te secuestran el tuyo. Hay miradas que te humanizan y miradas que
te convierten en un mero objeto de deseo. Hay palabras que te regalan
vida y palabras que te matan letra a letra. Hay sonrisas que te
llenan de alegría y sonrisas que quieren bajarte de tu mundo. Una sencilla caricia en la mano te puede transmitir todo el cariño o puede
tratarte como quien ha ganado una presa. Nos conviene saber
distinguir cuándo nos dan amor y cuándo nos utilizan como objetos
de placer, o de posesión, o de entretenimiento. Muchas veces termina
estando en juego ahí toda la vida. Buenas noches.
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