Tal día como hoy de 1944 nació Celia Amorós.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Tal día como hoy de 1944 nació Celia Amorós.
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Se acaba el año 2021, pero no se acaban los días.
En realidad, no sé lo que se acaba, pero no se acaba el tiempo.
Lo que no se acaba, por desgracia, es el miedo como reacción habitual, ni el odio, ni la intolerancia, ni los malos tratos, ni la violencia, ni las discriminaciones, ni las desigualdades, ni los asesinatos, ni los robos con guante blanco o sin guantes, ni la idiotez, ni las malas formas, ni el cambio climático, ni la ignorancia, ni la mala voluntad, ni la insensibilidad, ni las manipulaciones, ni las explotaciones, ni la mala educación ni la pandemia ni la inhumanidad. En medio de tanto alboroto, solo parece que se acaba el año. ¡Qué cosas!
En todo caso, mientras no se acaben la paciencia, la esperanza, el buen humor, la buena voluntad, la alegría, el deseo de conocer racionalmente, la ética, las buenas artes, las libertades, el deseo de igualdades, la necesidad de rebelarse ante los abusos ni el amor, quizá algunos -solo algunos, por desgracia- estemos todavía a salvo.
El año 2022, por tener cifras distintas en su nombre, no va a traer nada nuevo ni va a cambiar nada. Todo depende de lo que hagas, de lo que hagamos. Suerte.
Tal día como hoy de 1903 nació Nathan Milstein.
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Con esto cerramos este Calendario Musical. A partir de mañana daremos comienzo a un nuevo Calendario, en esta ocasión de Pensadores y Pensadoras. Esperamos que os guste.
Hay que mirar lo bueno. Lo malo se nos suele venir encima y no hay que hacer ningún esfuerzo para tenerlo presente. Lo bueno se oculta más, hay que buscarlo para mirarlo y para gozarlo. Pero no vale con quedarse solo en la contemplación gozosa de lo bueno, porque nos hace escondernos en un mundo irreal e injusto con quienes necesitan de nosotros. Hay que mirar lo bueno para disfrutar y, también, para coger fuerzas, para cargarnos de energía que nos permita mirar lo malo y poder criticarlo y convertirlo en bueno. Ni solo lo bueno, que nos suministra una alegría fofa, ni solo lo malo, que nos hace tristes e inútiles.